LOS SAQUEOS SE EXTIENDEN y dejan 10 muertos
Argentina revive su infierno
El chino Whan Cau So lloraba. A sus espaldas, su supermercado, en pleno conurbano de Buenos Aires, había quedado devastado. Sus productos se escurrían entre sus manos. Mejor dicho, estaban en manos de sus vecinos, que saqueaban el comercio ante sus ojos. Su llanto, una mezcla de desolación e indignación, es uno de las imágenes que ha quedado grabada en la memoria de los argentinos como símbolo de la crisis de 2001.
Vidrios rotos, estanterías vacías, productos en el suelo, muertos y más muertos… Los saqueadores corren mientras cargan comida, bebidas, televisores, ropa, zapatillas. Todo lo que pueden, hasta colchones. Las mismas imágenes, aquellas que remiten al infierno de Argentina, se vuelven a repetir 12 años después. Los saqueos de los últimos días han dejado ocho muertos.
¿Por qué se repiten los saqueos en Argentina después de una década de crecimiento económico? La crisis política de un Gobierno saliente, la frágil salud de Cristina Kirchner, la inflación y diversos factores sociales son algunas de las causas que enumerarn los expertos consultados por El Confidencial.
El lunes murieron ocho personas. La mayoría por enfrentamientos con comerciantes que, indignados, se han armado con pistolas, rifles y cuchillos para defenderse. Han sido saqueados 1888 negociosLa oleada de saqueos comenzó la semana pasada en la provincia de Córdoba. En una exigencia inédita por aumentos salariales, la policía dejó de trabajar durante dos días. Fue la primera ficha que cayó del dominó. Animados por el incremento que finalmente consiguieron sus colegas cordobeses, las demandas de las fuerzas de seguridad se extendieron a 16 de las 23 provincias del país.
La jornada más trágica se vivió durante la noche del lunes: murieron ocho personas. La mayoría por enfrentamientos con comerciantes que, indignados, se han armado con pistolas, rifles y cuchillos para defenderse. Han sido saqueados 1888 negocios, según la Confederación Argentina de la Empresa.
Las llamas no han alcanzado el verdadero polvorín: la provincia de Buenos Aires, que aparenta una relativa calma después de que las autoridades anunciaran aumentos de sueldos para las fuerzas de seguridad. El conurbano bonaerense, principal escenario del infierno de 2001, tiene unos 13,5 millones de habitantes.
La reacción del Gobierno tuvo ayer su clímax. En un acto por el 30° aniversario de la democracia, Cristina Kirchner acusó a la policía de “extorsionar” a la sociedad. “Hemos visto que liberan zonas para que se cometan delitos. Yo no soy ingenua, no creo en las casualidades, tampoco creo que sea por contagio. Por contagio son las paperas, la varicela o la rubéola. Esto (los saqueos) es por planificación y ejecución con una precisión quirúrgica”, argumenta.
Es la primera vez que Cristina Kirchner se refiere a los saqueos. Desde su operación, la mandataria ha espaciado sus apariciones públicas. Inmediatamente después de su regreso a la actividad oficial nombró a Jorge Capitanich, jefe de Gabinete, como nuevo referente del Gobierno.
La masa que vive del Estado
A Agustín Salvia, investigador jefe del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, le toma casi media hora explicar las causas de los saqueos después de los años de bonanza económica. En la década 2003-2013, la gestión de los Kirchner, el Producto Interno Bruto ha acumulado un crecimiento superior al 70%.
“Es un estallido de violencia o marginalidad producto de un modelo económico que no garantiza la inclusión social”, dice. El sociólogo explica que existe “una masa marginal que vive de planes sociales (otorgados por el Estado), trabajos informales y actividades ilícitas; que no tienen ni espera ningún tipo de movilidad social ascendente”. Y agrega: “En ausencia del Estado se ha formado una cultura de la pobreza”.
Los cálculos estiman una pobreza superior al 25% y una indigencia del 5. En esas estadísticas no están incluidos los beneficiarios de planes sociales otorgados por el gobierno, calculado en 18 millones de personasAnte la ausencia de datos oficiales, las mediciones privadas estiman una pobreza superior al 25% y una indigencia del 5. En esas estadísticas no están incluidos los beneficiarios de planes sociales otorgados por el gobierno, calculado en 18 millones de personas. La actividad “en negro”, es decir, fuera del circuito legal, significa casi la mitad de la economía argentina.
Además de la “dualidad económica”, Salvia sostiene que la sociedad argentina sufre “una ausencia de autoridad moral que, ante la falta de policía, deja el camino libre a las bandas delictivas para organizar saqueos y da vía libre a la masa marginal para participar de esos actos”.
Furia y frustración
Liliana de Riz, socióloga del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), agrega un enfoque cercano a la realidad: “Impacta el proceso de transición política. En Argentina cada fin de ciclo produce un retorno a la furia unida a la frustración”.
Después de la derrota en las elecciones legislativas, el Gobierno de Cristina Kirchner ha sellado su salida en 2015. Restan dos años de gestión con un poder licuado, ante la imposibilidad constitucional de ser reelegida. Su salud la ha jugado una mala pasada: después de recibir el alta médica por su intervención quirúrgica, la mandataria ha espaciado sus intervenciones públicas. Ha designado a Jorge Capitanich como jefe de Gabinete y ha delegado en este nuevo funcionario poder y exposición pública como nunca antes lo había hecho con un ministro. Capitanich habla todos los días con los medios de comunicación, anuncia medidas económicas y recibe a gobernadores.
Son más violentos porque vienen organizados. No son robos espontáneos, no es gente desesperada de hambreLos analistas coinciden en que el factor desencadenante de los saqueos ha sido la inflación. “La masa marginal se alimenta del goteo económico de la clase media y alta. El hombre que vende en el colectivo o el joven que limpia vidrios ya no tienen ese poder adquisitivo. Además, a ellos también le aumentan los precios”, sostiene Salvia.
De acuerdo a las mediciones privadas, la inflación ha superado en los últimos años el 25% anual. Ante la falta de índices oficiales que sirvan como referencia, el Gobierno ha intentado realizar acuerdos de precios para productos de necesidad básica como medida para frenar el proceso inflacionario. El principal referente de estas políticas, el exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ha dejado el gobierno hace una semana. “Cuando el dinero no alcanza aparece la furia”, resume De Riz..
"Son más violentos porque están organizados"
El nivel de violencia es ahora más alto que en 2001, afirma Miguel Ángel Calvete, presidente de la Federación de Supermercados Chinos. “Son más violentos porque vienen organizados. No son robos espontáneos, no es gente desesperada de hambre. Hay grupos que utilizan a la gente carenciada, que son funcionales a sus maniobras delictivas”, argumenta.
Calvete revela el accionar de los saqueadores: “Primer señalan en local con gente que se mueve en motocicletas. Después, entran unas cinco personas al supermercado y anticipan el asalto. En 20 segundos, llegan otras 30. Nunca hay policía en la zona. Está todo muy organizado”.