?QUÉ TIENE QUE HACER UN POLICÍA?
30/01/2010
Lo ocurrido en Ceutí, no puedo evitarlo, me lleva a solidarizarme con el policía local acusado, con Fran
Punto de Mira por Chema Gil.
Cuando contaba la mitad de a?os que tengo ahora tuve el honor de vestir el uniforme de Policía Local. Durante el tiempo que presté servicio ?como todos los policías- tuve que enfrentarme a situaciones de las más variadas, desde persecuciones a detenciones, desde accidentes de tráfico a asistencias humanitarias. El trabajo de Policía, como el de periodista, puede ser el más bello y el más odioso; especialmente cuando ves que una situación se te escapa de las manos, te supera? Cuando de forma ligera decimos ?que el miedo es libre?, sin querer estamos describiendo una realidad mucho más profunda de lo que parece.
Recuerdo una noche que nos llamaron de una discoteca. Dentro de la misma un clan muy conocido de la zona, que destacaba por su violencia, lió una ?tangana? dentro del local. En la bronca se repartieron palos a base de bien. Taburetes volando, ceniceros. Aquella noche sólo estábamos de servicio en el municipio tres agentes, yo no portaba arma de fuego.
Cuando estábamos llegando ?lo he hablado muchas veces con los dos compa?eros de aquella noche- nos temblaban hasta las calandracas. Dentro había gente pasándolo muy mal. ?Qué debíamos hacer?, ?cómo deberíamos actuar?, nadie te forma para ello. La formación policial en la Región, hoy, es bastante deficiente?pues no digamos hace más de veinte a?os.
Había que entrar, no había más remedio?puedo asegurarles que en ese momento pensé que aquella noche podía morir alguien, pues cuando la situación supera el margen de dominio que uno tiene de la realidad inmediata y el miedo te subyuga nacen los instintos más primarios, y el que más el de la autodefensa.
Luego será el derecho, el juez, el fiscal los que valoren la realidad desde la comodidad del despacho, desde la frialdad de las pruebas, y así debe ser, pero la realidad del momento en que se produce una situación de violencia y tensión, es bien diferente.
Lo ocurrido en Ceutí, no puedo evitarlo, me lleva a solidarizarme con el policía local acusado, con Fran. Cuando leo su declaración en el juicio en el que está acusado de homicidio, no puedo dejar de entender por lo que pasó el agente en aquel momento en el que además iba acompa?ado por un policía de nueva promoción que realizaba su primer servicio de patrulla.
El Fiscal debe tener en cuenta la situación tal como fue y si no tiene duda que actúe en derecho, pero debe contemplar lo complejo y difícil de una situación como la que describe el agente de policía; un hombre que es reconocido como un buen profesional, amable, eficaz en su trabajo y que en una situación así, accidentalmente acaba con la vida de una persona de la que se puede afirmar que estaba en una actitud muy violenta. Tan es así que pese a que el agente había realizado un disparo al suelo de advertencia, lejos de asustarse, lo que hizo fue acometer contra el agente quien -en una acción instintiva, seguramente un acto reflejo incontrolable- realiza un segundo disparo que acabó con la vida del agresor.
Yo no advierto que el agente actuara dolosamente, pedir una condena por homicidio puro y duro, sin más matices, sin apreciar los eximentes que se observan en cualquier acción imprudente, pedir una condena pura y dura de homicidio, no me parece justo. No digo que el fiscal esté actuando mal, digo que a mí, no me parece justo.
Esta situación tan dramática no puede llevarse al extremo de convertir la acción de la Justicia en un acto de simple venganza legal, porque no sería justicia. El policía no tenía ni intención de matar ni de herir, estaba en una acción ?en caliente? dirigida a obtener modificar la conducta violenta de una persona. ?Podía hacerlo de otra forma?, pues es posible, pero la situación concreta se desarrolla en ese momento, por eso se dice que en el trabajo policial no hay un servicio idéntico a otro.
Hay un corolario del trabajo del policía que pone de manifiesto cómo es éste. El policía es un profesional al que se le pide que en cuestión de instantes resuelva una situación de violencia que luego le costará meses valorar a jueces, peritos, fiscales y abogados. Que sepa luchar como Bruce Lee, pero que el sujeto detenido no sufra un rasgu?o; que sea capaz de volver a casa sin una mínima alteración en el ánimo después de ver como un hombre ha maltratado a su mujer y a sus hijos y ser capaz de detenerlo, a ser posible sólo con buenas palabras; mediar entre vecinos, desarticular un punto de venta de drogas, eso sí, sin violentar la intimidad del traficante. Enfrentarse a un hombre corpulento, que te saca dos palmos de altura y cuarenta kilos de peso, y hacerlo pidiéndoselo por favor?Eso sí, su comportamiento será valorado y juzgado por gente que jamás se ha enfrentado en primera persona a una situación violenta, ni a sus consecuencias. Si mete la pata le caerá la Ley encima con todo su peso; si el servicio es brillante, los aplausos serán para el político de turno, el juez, el fiscal o el jefe.
Ánimo Fran, aunque no tengo el gusto de conocerte, sólo deseo una justicia justa y no una justicia vengativa en la persona de un hombre que ni quiso obtener el resultado de la muerte de un agresor, ni si quiera da?arle, sino que depusiera su actitud violenta, en una situación límite.