En relación con la reciente absolución de 4 PLs de Gijón...
GIJÓN
«Un jurado popular habría condenado a los cuatro policías por falsificar una multa»
17.05.10 -
Guillermo Calvo Franco, en su despacho de la calle de Álvarez Garaya. :: ALEX PIÑA
«Supongo que al juez le habrá influido que la pena mínima para este delito es de tres años, lo que implica que los agentes irían a la cárcel»Guillermo Calvo Franco Abogado penalista
«No siempre la defensa tiene por objetivo una absolución, sino conseguir una pena justa»
«El número de juicios continúa aumentando y los juzgados son los mismos. La saturación es cada vez mayor»Asegura que, cuando estudiaba en la facultad, una de las asignaturas que menos le gustaba era el Derecho Penal. Paradojas de la vida, hoy, doce años después, se ha convertido en un reputado penalista y asegura creer en la Justicia por encima de todo. Y eso que Guillermo Calvo Franco acaba de llevarse «una buena sorpresa» con la resolución de su último caso más sonado: la sentencia absolutoria de la Sección Octava de la Audiencia Provincial a cuatro agentes de la Policía Local acusados de falsificar una multa de tráfico por venganza a un ciudadano.
-¿Cuándo le llegó el denunciante con el caso de los policías locales pensó que iba a acabar con esta sentencia?
-Entonces creí que había tantas pruebas que era imposible que no les condenaran por falsificación de documento público y le diesen la razón a mi cliente. De hecho, sigo pensando que existen muchas pruebas.
-Queda aún por pronunciarse el Tribunal Supremo.
-Espero que el Supremo vea la evidencia. Tampoco pedimos más, sino que mire las cosas como son. Desde mi punto de vista, no se admite discusión, está muy claro que actuaron de forma irregular.
-¿A qué achaca entonces la decisión del magistrado Bernardo Donapetry en Audiencia Provincial?
-Supongo que habrá influido que la pena con la que está castigado este delito es como mínimo de tres años, lo que implicaría que los agentes entrasen en la cárcel pese a no tener antecedentes. Otra explicación no la encuentro.
-A día de hoy, ¿cree en la Justicia?
-Cómo no voy a creer... Por supuesto. Pero la Justicia la imparten seres humanos y como tales están sujetos a muchas motivaciones de tipo privado y también, por qué no, pueden existir errores.
-En sus años de ejercicio profesional, ¿ha renunciado a defender a algún cliente?
-No. Y, desde mi punto de vista, el abogado no puede hacer eso. Estamos para defender a una persona, no para juzgarla, para eso ya están los jueces. Pero también respeto que haya letrados que no quieran llevar determinados casos. Eso depende de cada persona.
-Entonces, a veces habrá que defender lo indefendible...
-Muchísimas veces, pero hay que dejar claro que no toda defensa tiene por objetivo lograr una absolución, sino conseguir que la pena se le aplique en la proporción justa y se tengan en cuenta todas las circunstancias del hecho y de la persona. No todo es blanco o negro.
-¿Por qué se decantó por el ámbito penal?
-Cuando estudiaba era quizás la asignatura que menos me gustaba. La especialización es algo a lo que te lleva la vida. Me empezaron a entrar casos y más casos y al final me acabé yendo hacía este lado. Ahora, el 80% de los temas que llevo son penales.
-¿Hay algún caso que le haya resultado especialmente satisfactorio?
-No podría escoger sólo uno. La satisfacción es ver que las cosas salen bien. Esa es la mayor recompensa que puede tener un abogado, que el cliente quede contento con tu actuación y valore el trabajo que has hecho. Esa es una de la mayores alegrías que te puedes llevar en esta profesión, en la que, por cierto, las alegrías se cotizan bastante caras.
-Puede que haya clientes que le consideren a usted culpable de que ellos estén en la cárcel.
-La gente en general es agradecida. En ese sentido, no he tenido malas experiencias. Hay dos agradecimientos: el personal y el económico, y en cuanto a este último hay que tener en cuenta que estamos en crisis y a la gente le puede costar pagar el trabajo, aunque ya esté más que realizado.
-¿Le impone más enfrentarse a un jurado popular o a juez?
-Creo en general que el jurado popular es más ventajoso. Muchas veces, con un tribunal técnico o un juez profesional, ya se sabe antes del juicio el criterio que va a seguir. La única pega que le veo al jurado popular es que alguna de las personas que intervenga ejerza de líder con el resto.
-Si el juicio por los policías se hubiera celebrado con jurado popular, ¿la sentencia habría sido diferente?
-Muy probablemente el resultado habría sido diferente y los hubiesen considerado culpables.
-Cambiando de tercio, los funcionarios anuncian un colapso en los juzgados por la puesta en marcha de una nueva aplicación informática.
-El número de juicios continúa aumentando y los juzgados siguen siendo los mismos, por lo que evidentemente cada vez hay más saturación. Además, de vez en cuando, les ponen encima trabas a los funcionarios, como cambiarles el sistema y, claro, todo eso entorpece el mecanismo. Es cierto que las cosas cada vez parecen ir más despacio.
-¿Hay compañerismo entre los abogados gijoneses?
-Cada vez somos más abogados, pero en general hay bastante compañerismo, aunque es cierto que todo lo que pasó con la huelga del turno de oficio el año pasado perjudicó esa idea de compañerismo. Pero bueno, creo que poco a poco se está volviendo a lo de antes.
Además, tiene que haberlo porque estamos todos en lo mismo. Cuanto mejor funcione la profesión, los primeros beneficiados somos nosotros y los clientes. Trabajar en un clima bueno es mucho mejor.