Crece el malestar en Valle Gran Rey con la Guardia Civil
Vecinos y empresarios afirman que se están extralimitando de sus respectivas funciones
TERE COELLO / SANTA CRUZ DE TENERIFE
A pesar de que estamos en plena temporada veraniega, un sector de la ciudadanía de Valle Gran Rey no pueden evitar pensar otras cosas más alejadas del propio relax. Y es que cada vez son más las personas, desde hace dos meses aproximadamente, que elevan su malestar en este municipio gomero ante la labor realizada por la Guardia Civil sin que, al parecer, importen a nadie. Estas actitudes de control comienzan a cansar a algunos habitantes del pueblo que dicen sentirse abrumados por una especie de acoso policial. Las quejas recogidas proceden tanto de gomeros como de extranjeros residentes e incluso de algunos visitantes que se han desplazado a esta localidad de la isla en busca de unos días de descanso para disfrutar del sol, la playa y los paseos que es lo que principalmente ofrece este lugar, carente de parques de atracciones, discotecas, cines, teatros o cualquier cosa parecida.
María Antonia —no ha querido dar su verdadero nombre porque teme represalias— comenta que se sintió humillada cuando la benemérita, hace pocos días, tras bajarse del barco que la trasladaba a su pueblo después de haber acudido a una cita médica en la capital colombina de San Sebastián, en el propio muelle y en la vía pública, a los ojos de sus vecinos, los agentes de dicho cuerpo estatal le dieron el alto, le pidieron su documento de identidad y registraron su bolso sin más explicaciones. «No tengo nada que ocultar pero no me gusta que, donde todo el mundo me conoce, me paren y registren como si fuera una golfa», señaló.
Isabel y Tomás se sienten ofendidos por algo parecido. Ambos han nacido y crecido en este pueblo que tiene una población de aproximadamente cinco mil habitantes, donde casi todos los vecinos se conocen y prácticamente todo se «murmura»... Por estas mismas razones esta pareja no entiende qué está pasando. El mes pasado, en el muelle de Vueltas, cuando volvían de su viaje a Tenerife, según explicaron, les paró la Guardia Civil pidiéndoles la documentación, registraron sus mochilas y Tomás tuvo que soportar que en plena calle le cachearan, algo que nunca antes le había ocurrido.
Locales... e incluso guaguas
Las críticas no quedan aquí porque según han comentado otros vecinos, la actuación de «vigilancia y control» no tiene horarios, ni perfiles, ni lugares...estos efectivos policiales lo mismo realizan su trabajo en la playa, como en las aceras, en automóviles que también inspeccionan e incluso aseguran que hasta una guagua, que traslada a los jóvenes al instituto de la capital gomera, fue objeto de este tipo de «examen».
Las quejas van más allá de particulares y se extienden hasta el colectivo de empresarios, algunos han expresado su malestar puesto que esta situación les está produciendo pérdidas económicas, además de traducirse en un muermo para los que desean trasnochar, disfrutando de la bondad de la temperatura del lugar, en la terraza de un bar o restaurante.
Kristiam Klocker, propietario del pub La Kakatúa y portavoz de un nutrido grupo de propietarios de bares y restaurantes de Valle Gran Rey, ha comentado que los agentes de la Guardia Civil entran varias veces en sus locales durante la noche y a la una y media de la madrugada ya les «indican» que las puertas de los negocios deben cerrarse para que «a las dos de la mañana esté todo el mundo fuera, incluidos nosotros, los dueños», añadiendo que «no nos permiten permanecer en nuestros locales fuera de este horario ni siquiera para limpiar o cargar las neveras de mercancía para el día siguiente».
Comenta Klocker que todo este asunto está acabando con los negocios y con el turismo porque si los visitantes pasean por las calles les paran y cachean y si quieren tomarse una copa debe ser antes de la una y media, «desde hace dos meses estamos asistiendo a la muerte lenta de nuestros negocios, la crisis económica ha reducido nuestros ingresos en buena parte y ahora el control de la guardia civil los reduce a la mitad» asevera el empresario, afirmando además que la caja se han visto afectadas en más de un 50 por ciento , por lo que se está planteando enviar a alguno de sus empleados al paro.
Son muchos los que se preguntan si los agentes de la Guardia Civil están aplicando en el horario de cierre de los locales de este municipio gomero la tan cacareada fórmula de «una hora menos en Canarias» sin percatarse que la propia ley de la Comunidad Autónoma de abril del 98, en lo que se refiere al horario, establece para locales de negocio del grupo 2 (restaurantes, bares, cafeterías, pizzerías...), el cierre a las dos de la madrugada con un margen de media hora para desalojo por lo que podría llegar hasta las dos y media. Los locales del grupo 3, pubs con música ambiental sin actuaciones en directo, tienen permiso de apertura hasta las tres y media de la madrugada, con media hora de desalojo con lo que, se alargaría hasta las cuatro de la mañana.
Críticas de la Fecao
José Antonio Santana, presidente de la Federación Canaria de Ocio, Restaurantes, servicio y Comercios(Fecao), ha mostrado su preocupación al conocer los hechos y ha indicado que no entiende «qué potestad tiene la guardia civil para cerrar establecimientos siendo esto responsabilidad de la policía local, salvo que sea el ayuntamiento el que pida ayuda a la policía nacional o Guardia Civil», además Santana ha subrayado que «con la que está cayendo, el ayuntamiento debería, lejos de llamar a la Guardia Civil, salir en defensa de los empresarios».
Según Esteban Bethencourt, ex alcalde del municipio, «la Guardia Civil no es responsable de lo que sucede puesto que obedece órdenes del ayuntamiento». Asimismo, señala que «actualmente el equipo de gobierno está convirtiendo al municipio en un barrio más de la Gomera, anulando así el protagonismo turístico que tiene el lugar y que lo convertía en la envidia de resto de municipios de la Gomera, por su desarrollo y por su economía».
Los empresarios hablan de «presión del alcalde» y el Ayuntamiento lo niega
Según Bethencourt, «estos controles fuera de lugar por parte de la Guardia Civil ordenados por el ayuntamiento, cerrando los bares antes de tiempo, manipulando la normativa..., todo esto tiene nervioso al empresario y es un desmadre que se une a los controles que se realizan a la gente que llega en barco a Valle Gran Rey.
Hay una intervención desmesurada, desmedida...y con las dificultades que se están pasando, todo este control va en contra del progreso del municipio» subraya el ex regidor de Valle de Gran Rey, añadiendo que «al tránsfuga —en referencia al alcalde Ruymán García— se le ha metido en la cabeza que hay que cerrar los bares, que hay que controlar a la gente que llega al pueblo y, entonces, la Guardia Civil hace lo que le ha dicho el equipo de gobierno municipal y eso trae consigo una serie de problemas». Kristiam Klocker, portavoz del grupo de locales de ocio afectados del municipio ha asegurado que, ante tanto control, han preguntado a los agentes a qué se debe tal presión recibiendo por respuesta que son órdenes del alcalde.
Sin embargo, desde el ayuntamiento de Valle Gran Rey niegan tener nada que ver con estas actuaciones.