Autor Tema: La opinión de un ciudadano de la calle  (Leído 427897 veces)

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3040 en: 08 de Mayo de 2016, 12:42:26 pm »
Este hombre perdió el norte hace mucho tiempo...

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3041 en: 08 de Mayo de 2016, 12:56:46 pm »
Este hombre perdió el norte hace mucho tiempo...
Los golpes en la cabeza o las malas noches celebrando a saber que....

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3042 en: 22 de Mayo de 2016, 11:59:29 am »
La Policía también debe limpiarse


mayo 14
22:53
2016
 

José Manuel Sánchez Fornet

La Policía Nacional lleva años en España ocupando un lugar destacado, entre los tres primeros, de las instituciones más valoradas por la ciudadanía (junto con la Guardia Civil y el Ejército, y antes, la Monarquía).

Que en España, por razones que no se pueden explicar en este corto espacio, siempre ha primado la seguridad sobre la libertad y los derechos de ciudadanía parece muy evidente. La dictadura y el terrorismo han creado ese clima social que sigue imperando hoy. Que España tiene graves carencias estructurales, desde la enseñanza, en cuanto a la ética que debe regir la convivencia, las normas de conducta decente que te hacen ser un digno ciudadano/a  y que afecta por igual a lo público y lo privado admite poca discusión.

Empezando por los políticos y afectando a muchos cuerpos de funcionarios, fácilmente corruptibles al olor del dinero de empresarios y otra gente que especula con la riqueza generando pobreza, parece evidente que hay mucho que mejorar, y que las leyes y la acción política en general, y de este Gobierno en particular, se sustentan sobre la protección del corrupto propio y la denuncia del ajeno, según acreditan los hechos que conocemos cada día. Nadie denuncia a un corrupto que sea de su mismo partido. No ha pasado nunca, o sí, al principio de la democracia en el ayuntamiento de Madrid, y el denunciante, Alonso Puerta, fue expulsado de su partido, el PSOE. Ahora se sabe que el pasado año, un cargo público del PP en Madrid, denunció malversación de fondos destinados a formación y que fue cesado al día siguiente, y poco después tuvo que irse de España al recibir una paliza en la puerta de su casa por desconocidos, y explicaba él en un medio de comunicación que la dirección de su domicilio sólo la conocían en la comunidad de Madrid.

Con lo que conocemos hoy de la corrupción parece evidente que el Estado y las fuerzas políticas deben reformular su funcionamiento, porque no es posible que donde hay millones de personas en la pobreza haya, por citar algunos de cientos de ejemplos, cientos de millones de subvención a algunas ONGs que destinan el 80% de ese dinero no a atender a esos pobres para los que se concede sino que se lo gastan en sueldos de empleados de la ONG, que son todos familiares directos de quien las ha creado. O que el personal que trabaja en el congreso de los diputados como letrado o en el Tribunal de Cuentas sean familias de los miembros de dichos órganos, como en tantos otros, lo que lleva a pensar que este país no conoce la ética pública y que se consigue un buen empleo por afinidad política o familiar con la persona que está donde se toma la decisión y no por los méritos, con lo que ese precepto constitucional y de la ley de la función pública de mérito y capacidad brilla por su ausencia, destrozando el principio de igualdad que consagra la Constitución para el acceso a la función pública.

¿Y qué pasa en la Policía? Pues que es fiel reflejo de la sociedad en la que vive. La Policía que yo conozco desde hace 36 años tuvo unos primeros años (entre 1980 y 1992) que parecía querer avanzar hacia un cuerpo civil, cuyos miembros disfrutaran de derechos como funcionarios públicos y respetara los derechos humanos, civiles, políticos y todos los demás de la ciudadanía, con normas internas que se cumplían, y desde ese año comenzó una parálisis y retroceso que nos ha traído a la situación actual, que deja bastante que desear, tanto internamente como en su relación con la ciudadanía.

Y aquí también ingresan los hijos de los mandos, que parecen tener un gen específico para aprobar las oposiciones de ingreso a la Policía, y la mayoría de ellos por la escala ejecutiva, como inspectores.

José Barrionuevo, a pesar del GAL y los fondos reservados, y de una ley de Policía, la 2/86 muy restrictiva en derechos para los policías y guardias civiles, permitió cierto nivel de democratización en procesos internos en la Policía (que no en la Guardia Civil), pero la llegada de Corcuera con su ley de “la patada en la puerta” y sus regalos en joyas a mujeres de mandos con fondos reservados acabaron por decidir el rumbo hacia la Policía del pasado y las prácticas de una policía endogámica y al servicio del poder, no de la ciudadanía. Mención aparte merece el trato que dispensó el Estado, Narcís Serra y Corcuera a los guardias civiles demócratas que crearon el SUGC, y que fueron detenidos, encarcelados, encerrados en psiquiátricos y jubilados, muchos de ellos con el mismo tic nervioso en el cuello y la cabeza, por razones que se desconocen, pero que alguna vez deberían investigarse. Y desde entonces, con pequeños oasis como los cinco meses de Asunción (más por lo que pretendía que por lo que pudo hacer, o con Margarita Robles) la Policía sigue en ese camino hacia ninguna parte en democracia. Aquí se identifica indiscriminadamente a la ciudadanía sin razón, estando ésta subordinada a los intereses estadísticos de los mandos policiales, por citar solo una práctica de las muchas que ocurren y que no son admisibles en democracia. Y aquí también ingresan los hijos de los mandos, que parecen tener un gen específico para aprobar las oposiciones de ingreso a la Policía, y la mayoría de ellos por la escala ejecutiva, como inspectores.

En el año 2011, debatiendo la ley de Personal con Francisco Velázquez, director general de la Policía, argumenté que el ingreso debería ser por la escala básica exclusivamente y no también por la ejecutiva, y expuse lo negativo de esa vía abierta. Referí que eran muchos los hijos de mandos policiales que entraban por ahí (unos superando limpiamente la oposición y otros por “enchufe” de su papá) y el mando que estaba allí representando a un sindicato, al SPP, hoy comisario general de Policía Judicial, se escandalizó y tuvimos una agria discusión aunque estábamos sentados en el mismo lado de la mesa, el de los sindicatos. A la semana siguiente llevé una relación de los hijos de todos los mandos policiales presentes en las negociaciones, en uno y otro lado de la mesa (la dirección general y los sindicatos), y siete de los ocho mandos allí presentes tenían uno o dos hijo/as en la escala ejecutiva. Intervino un comisario (J.S.A.) que llevaba mucho tiempo en cargos importantes en la Dirección General de la Policía, tanto con el PSOE como con el PP, haciendo notar que él, como no tenía hijos, se había salvado del “inquisidor Fornet” (así lo dijo, con sorna burlona), y le cambió el color al oír que quien no tenía hijos había transmitido sus genes que capacitan para superar el acceso de ingreso por la escala ejecutiva en la Policía a su sobrina, que además, casualmente (como los hijos de los demás), había disfrutado de destinos muy deseados en esa escala.

Cuando una sociedad acepta prácticas corruptas no hay ninguna institución que escape a ellas porque las mismas constituyen la normalidad, y además se confunde lo privado con lo público continuamente. Si un cirujano, periodista, empresario… en la vida particular es legítimo que acoja y ayude a sus hijos a seguir sus pasos, en sus empresas o con su dinero, eso en la vida pública, en plazas de oposición para todos los españoles que cumplan los requisitos exigidos, constituye una práctica corrupta que atenta contra el principio de igualdad constitucional. Y eso trasládenlo después a toda la vida profesional, a los puestos de trabajo que ocupan, condecoraciones que reciben y ascensos que consiguen, y estamos de nuevo en la pescadilla que se muerde la cola. Y reitero que hay hijos de mandos que habrían aprobado igual si su padre fuese albañil (como era el mío), pero otros muchos, no. Y no toca hoy hablar de investigaciones sesgadas y actuaciones al margen de la ley, como estamos viendo ahora respecto del partido político Podemos, que no se distancian mucho de las que hacía la policía política franquista respecto de los comunistas pero cumpliendo la legalidad de la dictadura.

No debo acabar sin decir que lo de los hijos afecta también a lo sindical. He visto a responsables sindicales (de ámbito nacional) cambiar radicalmente su discurso y el de su sindicato (SUP) respecto a algunas prácticas indeseables en miembros de las UIP (no de la mayoría, que cumple su función, sino de elementos que no deberían ser policías), cuando sus hijos han pasado a formar parte de una Unidad de Intervención, y también soy testigo de cómo se pasa de denunciar a los mandos que recibían medallas rojas (con derecho a pensión) por considerar que no arriesgan su vida en su trabajo y no las merecen, a solicitarla en nombre del sindicato para un mando de los que antes se denunciaba, mando que, casualmente, tenía la posibilidad de conceder puestos de trabajo o condecoraciones a los hijos policías del dirigente sindical que cambió de criterio. Quedan muchos capítulos de estos asuntos internos por escribir.

« Última modificación: 22 de Mayo de 2016, 12:18:31 pm por 47ronin »

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3043 en: 23 de Mayo de 2016, 14:09:50 pm »
 ;vom;

Carmen Thyssen: “Ser rico es muy difícil; conlleva mucha responsabilidad”


"Mi colección genera seis millones de euros de beneficios al año en Madrid"
"Tengo herederos y he de mirar por su futuro"


http://cincodias.com/cincodias/2016/05/20/sentidos/1463773594_219300.html

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3045 en: 25 de Mayo de 2016, 04:27:07 am »
;vom;

Carmen Thyssen: “Ser rico es muy difícil; conlleva mucha responsabilidad”


"Mi colección genera seis millones de euros de beneficios al año en Madrid"
"Tengo herederos y he de mirar por su futuro"


http://cincodias.com/cincodias/2016/05/20/sentidos/1463773594_219300.html


Hay que tener poca vergüenza para decir una mamarrachada como esa.

Señora, lo difícil es encontrar un rico que cumpla con sus obligaciones tributarias como o hace un trabajador normal, eso sí que es difícil.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3046 en: 25 de Mayo de 2016, 09:16:15 am »
"El PP es la mafia"

http://www.cuatro.com/noticias/espana/PP-protesta_contra_PP-indignado_mitin_PP-listas_PP-Elecciones_26-J_2_2184555085.html

Lagarder, el activista rumano, gitano, gay y vagabundo por elección propia que increpó al PP

En la jungla. Vino a España para huir de la homofobia y xenofobia. Abandonó Podemos para revindicar los derechos de los sin techo.



Lagarder manifestándose el pasado sábado contra la marcha ultraderechista. @lagarder81 Twitter
P. F.
24.05.2016 14:53 h.

Un hombre se ha multiplicado en las reivindicaciones de los últimos meses. Joven, barbudo, de piel aceituna, irrumpió en la Asamblea de Podemos en Vallecas, se manifestó en solitario frente a la sede del PP en la calle Génova, tuvo una 'enganchada' con Juan Carlos Monedero en el aniversario del 15-M y en la mañana del martes irrumpió en la presentación de las listas del PP para llamarles 'mafia' y recordarles que en España hay 5.000 sin techo.

Se trata de Lagarder Danciu, que presenta sus credenciales en su perfil en las redes sociales: gay, rumano, gitano, ateo, vagabundo y "okupa que viaja sin destino". Incansable, ha documentado en Twitter en las últimas semanas su convivencia con las personas sin hogar y se ha hecho omnipresente en las manifestaciones. Acampa a favor de los refugiados, acude a las concentraciones antidesahucios y se plantó frente a la marcha ultraderechista celebrada el pasado sábado en Madrid.

La vida de Lagarder es material de novela. Nacido en 1981, creció en un orfanato de Bucarest junto a otros niños romaníes. "Le debo a los comunistas el haberme dado una educación y pagado la Universidad Pública. Se lo agradezco, en parte", contaba a El Mundo en 2014. Licenciado en Sociología y Trabajo Social, dejó su trabajo como funcionario en un centro de acogida de menores para venir a España con 25 años. La presión de "40 años de comunismo" y "la moral ortodoxa" eran "asfixiantes" para él, gitano y homosexual, cuenta.

Antes recabó en Portugal, dónde, según ha contado a enfoques, cayó en una red de explotación de personas. Encontró ayuda para dar el salto a Andalucía para trabajar en el campo y de ahí, a Sevilla, donde entró a trabajar como traductor para la policía en 2007. "Fui testigo de las deficiencias del sistema" - cuenta. "Vi en muchas ocasiones como en los calabozos la policía golpeaba a personas que estaban detenidas y esposadas, no se respetaban sus derechos y tampoco se les proporcionaba un abogado".

Al mismo tiempo empezó a trabajar en proyectos de integración escolar de menores gitanos en centros escolares de Sevilla. Rompió con la asociación Unión Romaní, a la que acusaba de no hacer lo suficiente por los niños gitanos, y se querelló exitosamente contra ellos cuando le despidieron. En 2014 formó parte del germen de Podemos Sevilla. El Mundo lo presentaba como el azote de la casta gitana.

Sin embargo, Lagarder rompió también con el partido en febrero de 2015. Denunció que la formación estaba en "manos de unos amigos estrategas alejados de la realidad de la calle", adolecía de "prácticas antidemocráticas" y denunciaban la sumisión "piramidal" a Sergio Pascual, el secretario de Organización defenestrado el pasado marzo.

Tras un breve paso por Dinamarca, comenzó entonces su actual periplo vital: recorrer España conviviendo con los sin techo y denunciando la exclusión, los abusos y la corrupción. Su proyecto, relataba a El Diario, es el de ser una 'bisagra': alguien que ha vivido integrado y se ha pasado al "otro lado" para contar la historia de los marginados. "No quiero que su memoria desaparezca", afirmó.


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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3047 en: 25 de Mayo de 2016, 11:10:01 am »
Y que a este hombre le regalen un publirreportaje..

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3048 en: 25 de Mayo de 2016, 11:35:15 am »
Con todo el respeto del mundo creo que este hombre tiene serios y profundos problemas psicológicos . . .

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3049 en: 26 de Mayo de 2016, 08:01:17 am »
Las definiciones las clava.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3050 en: 01 de Junio de 2016, 07:53:04 am »
<a href="http://youtube.com/v/pZfpz3FqB-E" target="_blank" rel="noopener noreferrer" class="bbc_link bbc_flash_disabled new_win">http://youtube.com/v/pZfpz3FqB-E</a>

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3051 en: 01 de Junio de 2016, 17:11:15 pm »
Curioso . . . habría que saber que hace la empresa concesionaria a este respecto . . .

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3052 en: 01 de Junio de 2016, 22:02:29 pm »
Curioso . . . habría que saber que hace la empresa concesionaria a este respecto . . .
No creo que le compense denunciar...

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3053 en: 02 de Junio de 2016, 01:55:27 am »
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha ordenado que las denuncias interpuestas por los empleados de las concesionarias de las autopistas contra los conductores que se niegan a pagar los peajes, se tramiten "de forma prioritaria". En una instrucción de la DGT, Tráfico detalla el procedimiento para este tipo de infracciones, que se han multiplicado en zonas como Cataluña, donde existe un movimiento ciudadano de protesta contra los peajes. "Estas denuncias se tramitarán de forma prioritaria y serán grabadas y dadas de alta directamente por las Unidades de sanciones de la Jefaturas, que remitirán a los titulares del vehículo el requerimiento de identificación del conductor, salvo que éste hubiera sido identificado en el momento de la infracción", destaca la DGT.

En la instrucción, se recuerda que la negativa del conductor a abonar el peaje constituye una infracción del artículo 153 del Reglamento General de Circulación, castigada con una multa de 100 euros. Además, la DGT otorga a los empleados de las cabinas de pago la capacidad para formular la denuncia, recogiendo los datos necesarios para que pueda ser tramitada. "Al acta de denuncia es muy recomendable que se acompañe prueba gráfica de la matrícula del vehículo con el que se ha cometido la infracción y también indicación de la identidad de otra persona que hubiera presenciado los hechos objeto de la denuncia y que pueda actuar de testigo", añade el texto.

EFE. 2012

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3054 en: 09 de Junio de 2016, 17:16:10 pm »
POR OCHENTA EUROS, PRIMO

8 junio, 2016/


“En una partida de póquer, si no descubres al tonto en la primera media hora de juego, entonces el tonto eres tú”.

(Rounders)

 
Me estoy quedando sin batería en el móvil. No paran de llegarme mensajes poniendo el grito en el cielo porque un pobre chaval granadino, dicen, va a ingresar en prisión por haber defraudado ochenta eurillos de nada, hace ya la friolera de seis años, mientras los políticos corruptos siguen disfrutando de su libertad en la calle. A duras penas logro vencer la tentación de responder que si la resolución judicial sobre ese chico, y que presumo resultó más o menos sencilla de instruir, les ha parecido lenta, no sé cómo pueden esperar celeridad en casos de corrupción mucho más complejos de investigar. Pero a lo que vamos, como no sé a qué narices se refieren me da por enchufar la televisión y ahí está el susodicho, en directo y con pinganillo, rodeado de familiares lógicamente compungidos bajo los cuales yace un titular contundente: “A prisión por ochenta euros”.

Afino el oído y confirmo la historia que rula por ahí: seis años después de cometido el delito, con una vida personal y laboral solvente, el mozo está a las puertas de ingresar en el talego. A mayor abundamiento ―hoy tengo el cuerpo jurídico—, el susodicho utilizó una tarjeta de crédito falsa a su nombre que un buen amigo le había entregado, asegurándole que podía comprarse lo que quisiera con ella y que todo era legal. La cosa es que, una vez juzgado y condenado, solicitó el indulto, el cual fue denegado por el malévolo Consejo de Ministros, y ahora le toca pagar el peaje, como a todo reo. Arden, pues, las redes, los medios y las plataformas recolectoras de firmas ante tamaña injusticia.

Aparte del hecho de que aceptar una tarjeta a tu nombre para gastar cuanto quieras ya me parece de ser memo con balcones a la Alhambra, uno, que es de natural tocahuevos, aguafiestas o cabroncete, lo que prefieran, y que si algo aprendió del oficio es que en las prisiones parece haber más inocencia que en un jardín de infancia, prefiere profundizar en el asunto para ver si en sus cortas entendederas logra atisbar qué hay detrás de este drama. De modo que me bastan un par de horas de lectura judicial para concluir que ni mucho menos al tipo lo enchironan por tan ridícula cantidad, sino, agárrense, por tenencia de tarjetas de crédito destinada al tráfico y por estafa. Otro detallito es que al presunto robagallinas ―como han pretendido presentárnoslo— lo juzgó la Audiencia Nacional (tribunal competente en delitos económicos de especial gravedad, terrorismo o crimen organizado, ahí es nada), lo que ya debería ser por sí solo motivo suficiente para que nos temblara el párpado mientras venteamos el tufo a gato encerrado.

Yo comprendo que ver la vida a golpe de titular simplifica las cosas. Mucho más que desgranar las complejidades que habitan en veintiún folios de sentencia firme más los que ocupa el recurso de casación que su abogado presentó ante el Tribunal Supremo, cuyos magistrados, por cierto, tampoco se tragaron la milonga juvenil del pardillo engañado, y acabaron confirmando que el traje a rayas de la criatura tenía las medidas correctas. Lo que me lleva a concluir que hay demasiados primos dándosela de librepensadores mientras eligen, precisamente, el camino simplón de la indignación gratuita, en esta España en la que adoramos convertir en causa humanitaria cualquier patraña que escuchamos en la corrala.

Otra cosa distinta sería debatir si es justo o no que un hombre que delinquió hace seis años y con su vida rehecha deba ingresar en la cárcel a causa de un sistema judicial lento hasta la náusea, pero de ahí a hacernos comulgar con la rueda de molino de una presunta injusticia penal va un abismo intelectual cuyo extremo lo habitan aquellos que a manipular a la opinión pública con titulares falaces para obtener una compasión facilona lo llaman justicia, y a difundir toda la información del asunto para que cada cual saque sus propias conclusiones lo llaman ensañamiento.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3055 en: 09 de Junio de 2016, 17:31:01 pm »
POR OCHENTA EUROS, PRIMO

8 junio, 2016/


“En una partida de póquer, si no descubres al tonto en la primera media hora de juego, entonces el tonto eres tú”.

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Me estoy quedando sin batería en el móvil. No paran de llegarme mensajes poniendo el grito en el cielo porque un pobre chaval granadino, dicen, va a ingresar en prisión por haber defraudado ochenta eurillos de nada, hace ya la friolera de seis años, mientras los políticos corruptos siguen disfrutando de su libertad en la calle. A duras penas logro vencer la tentación de responder que si la resolución judicial sobre ese chico, y que presumo resultó más o menos sencilla de instruir, les ha parecido lenta, no sé cómo pueden esperar celeridad en casos de corrupción mucho más complejos de investigar. Pero a lo que vamos, como no sé a qué narices se refieren me da por enchufar la televisión y ahí está el susodicho, en directo y con pinganillo, rodeado de familiares lógicamente compungidos bajo los cuales yace un titular contundente: “A prisión por ochenta euros”.

Afino el oído y confirmo la historia que rula por ahí: seis años después de cometido el delito, con una vida personal y laboral solvente, el mozo está a las puertas de ingresar en el talego. A mayor abundamiento ―hoy tengo el cuerpo jurídico—, el susodicho utilizó una tarjeta de crédito falsa a su nombre que un buen amigo le había entregado, asegurándole que podía comprarse lo que quisiera con ella y que todo era legal. La cosa es que, una vez juzgado y condenado, solicitó el indulto, el cual fue denegado por el malévolo Consejo de Ministros, y ahora le toca pagar el peaje, como a todo reo. Arden, pues, las redes, los medios y las plataformas recolectoras de firmas ante tamaña injusticia.

Aparte del hecho de que aceptar una tarjeta a tu nombre para gastar cuanto quieras ya me parece de ser memo con balcones a la Alhambra, uno, que es de natural tocahuevos, aguafiestas o cabroncete, lo que prefieran, y que si algo aprendió del oficio es que en las prisiones parece haber más inocencia que en un jardín de infancia, prefiere profundizar en el asunto para ver si en sus cortas entendederas logra atisbar qué hay detrás de este drama. De modo que me bastan un par de horas de lectura judicial para concluir que ni mucho menos al tipo lo enchironan por tan ridícula cantidad, sino, agárrense, por tenencia de tarjetas de crédito destinada al tráfico y por estafa. Otro detallito es que al presunto robagallinas ―como han pretendido presentárnoslo— lo juzgó la Audiencia Nacional (tribunal competente en delitos económicos de especial gravedad, terrorismo o crimen organizado, ahí es nada), lo que ya debería ser por sí solo motivo suficiente para que nos temblara el párpado mientras venteamos el tufo a gato encerrado.

Yo comprendo que ver la vida a golpe de titular simplifica las cosas. Mucho más que desgranar las complejidades que habitan en veintiún folios de sentencia firme más los que ocupa el recurso de casación que su abogado presentó ante el Tribunal Supremo, cuyos magistrados, por cierto, tampoco se tragaron la milonga juvenil del pardillo engañado, y acabaron confirmando que el traje a rayas de la criatura tenía las medidas correctas. Lo que me lleva a concluir que hay demasiados primos dándosela de librepensadores mientras eligen, precisamente, el camino simplón de la indignación gratuita, en esta España en la que adoramos convertir en causa humanitaria cualquier patraña que escuchamos en la corrala.

Otra cosa distinta sería debatir si es justo o no que un hombre que delinquió hace seis años y con su vida rehecha deba ingresar en la cárcel a causa de un sistema judicial lento hasta la náusea, pero de ahí a hacernos comulgar con la rueda de molino de una presunta injusticia penal va un abismo intelectual cuyo extremo lo habitan aquellos que a manipular a la opinión pública con titulares falaces para obtener una compasión facilona lo llaman justicia, y a difundir toda la información del asunto para que cada cual saque sus propias conclusiones lo llaman ensañamiento.


Al que le quieran vender la moto, que la compre, pero las cosas son como son:




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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3056 en: 09 de Junio de 2016, 20:34:41 pm »
POR OCHENTA EUROS, PRIMO

8 junio, 2016/


“En una partida de póquer, si no descubres al tonto en la primera media hora de juego, entonces el tonto eres tú”.

(Rounders)

 
Me estoy quedando sin batería en el móvil. No paran de llegarme mensajes poniendo el grito en el cielo porque un pobre chaval granadino, dicen, va a ingresar en prisión por haber defraudado ochenta eurillos de nada, hace ya la friolera de seis años, mientras los políticos corruptos siguen disfrutando de su libertad en la calle. A duras penas logro vencer la tentación de responder que si la resolución judicial sobre ese chico, y que presumo resultó más o menos sencilla de instruir, les ha parecido lenta, no sé cómo pueden esperar celeridad en casos de corrupción mucho más complejos de investigar. Pero a lo que vamos, como no sé a qué narices se refieren me da por enchufar la televisión y ahí está el susodicho, en directo y con pinganillo, rodeado de familiares lógicamente compungidos bajo los cuales yace un titular contundente: “A prisión por ochenta euros”.

Afino el oído y confirmo la historia que rula por ahí: seis años después de cometido el delito, con una vida personal y laboral solvente, el mozo está a las puertas de ingresar en el talego. A mayor abundamiento ―hoy tengo el cuerpo jurídico—, el susodicho utilizó una tarjeta de crédito falsa a su nombre que un buen amigo le había entregado, asegurándole que podía comprarse lo que quisiera con ella y que todo era legal. La cosa es que, una vez juzgado y condenado, solicitó el indulto, el cual fue denegado por el malévolo Consejo de Ministros, y ahora le toca pagar el peaje, como a todo reo. Arden, pues, las redes, los medios y las plataformas recolectoras de firmas ante tamaña injusticia.

Aparte del hecho de que aceptar una tarjeta a tu nombre para gastar cuanto quieras ya me parece de ser memo con balcones a la Alhambra, uno, que es de natural tocahuevos, aguafiestas o cabroncete, lo que prefieran, y que si algo aprendió del oficio es que en las prisiones parece haber más inocencia que en un jardín de infancia, prefiere profundizar en el asunto para ver si en sus cortas entendederas logra atisbar qué hay detrás de este drama. De modo que me bastan un par de horas de lectura judicial para concluir que ni mucho menos al tipo lo enchironan por tan ridícula cantidad, sino, agárrense, por tenencia de tarjetas de crédito destinada al tráfico y por estafa. Otro detallito es que al presunto robagallinas ―como han pretendido presentárnoslo— lo juzgó la Audiencia Nacional (tribunal competente en delitos económicos de especial gravedad, terrorismo o crimen organizado, ahí es nada), lo que ya debería ser por sí solo motivo suficiente para que nos temblara el párpado mientras venteamos el tufo a gato encerrado.

Yo comprendo que ver la vida a golpe de titular simplifica las cosas. Mucho más que desgranar las complejidades que habitan en veintiún folios de sentencia firme más los que ocupa el recurso de casación que su abogado presentó ante el Tribunal Supremo, cuyos magistrados, por cierto, tampoco se tragaron la milonga juvenil del pardillo engañado, y acabaron confirmando que el traje a rayas de la criatura tenía las medidas correctas. Lo que me lleva a concluir que hay demasiados primos dándosela de librepensadores mientras eligen, precisamente, el camino simplón de la indignación gratuita, en esta España en la que adoramos convertir en causa humanitaria cualquier patraña que escuchamos en la corrala.

Otra cosa distinta sería debatir si es justo o no que un hombre que delinquió hace seis años y con su vida rehecha deba ingresar en la cárcel a causa de un sistema judicial lento hasta la náusea, pero de ahí a hacernos comulgar con la rueda de molino de una presunta injusticia penal va un abismo intelectual cuyo extremo lo habitan aquellos que a manipular a la opinión pública con titulares falaces para obtener una compasión facilona lo llaman justicia, y a difundir toda la información del asunto para que cada cual saque sus propias conclusiones lo llaman ensañamiento.


Al que le quieran vender la moto, que la compre, pero las cosas son como son:



Al Capone fué a la carcel por unos recibos que le relacionaban con evasión de impuestos. Pobrecito

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3057 en: 16 de Junio de 2016, 06:56:45 am »
Primer año en el Ayuntamiento
Los madrileños dan un 5,9 a Manuela Carmena, según una encuesta de Ahora Madrid
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante una presentación. BallesterosEFE

Los votantes del PSOE le dan un 7,3 puntos y los de Ahora Madrid un 8,2, mientras que los del PP la puntúan con un 3,1

    EFEMadrid

15/06/2016 15:27

Una encuesta solicitada por Ahora Madrid con motivo del primer año de Gobierno de Manuela Carmena recoge que los madrileños puntúan a la alcaldesa con un 5,9 sobre 10, además de que el 36,3% de la población cree que la ciudad ha mejorado, el 33,8% que sigue igual y el 28,1% que ha ido a peor.

La empresa IMOP ha realizado la encuesta con 1.004 entrevistas entre el 6 y el 13 de mayo, y tiene un margen de error del 3,2 %, según consta en el estudio encargado por el grupo con el que Manuela Carmena gobierna la capital.

Los votantes del PSOE dan a Manuela Carmena una puntuación de 7,3 puntos y los de Ahora Madrid de 8,2, mientras que los que dicen votar al PP la puntúan con un 3,1 y los de Ciudadanos le dan un 4,6.

La encuesta del grupo municipal pregunta también por la presidenta regional, Cristina Cifuentes, que obtiene la misma puntuación que la alcaldesa, un 5,9, mientras que la portavoz del PP en el Ayuntamiento, Esperanza Aguirre, obtiene un 3,6.

Cifuentes, además, es mejor vista por los votantes progresistas que Manuela Carmena por los conservadores, ya que a la presidenta regional la puntúan con un 4,4 los votantes de Ahora Madrid y los socialistas le dan un 5,5.

El 28% de los madrileños dice estar "expectante" ante el trabajo que realizará el gobierno municipal, frente a un 18,2% que dice estar preocupado y un 15% ilusionado.

Además, las menciones a las acciones negativas del Gobierno de Carmena (64,2%) superan a las positivas (48,1%), y el 27,2% critica la gestión del gobierno municipal.

Los madrileños en conjunto aprueban con un 5,3 la capacidad de escucha y de innovar en la forma de gestionar la ciudad, su honestidad y ética, mientras que lo suspenden -un 4,7- en organización, preparación y comunicación.

Además, el 36,8 % de los madrileños considera que "estaban justificadas" las críticas por las polémicas de los tweets del concejal Guillermo Zapata y los titiriteros, mientras que el 36,6% cree que se le dieron más importancia de la que tenían y el 25,4 % cree que se exageraron y que "si otro partido las hubiese cometido pasarían inadvertidas".

Con respecto a la posición del Ayuntamiento en no permitir la demolición de las fachadas del Edificio España, el 64,2% considera que es acertada y el 32,5% desacertada.

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« Última modificación: 20 de Junio de 2016, 21:57:24 pm por 47ronin »

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3059 en: 21 de Junio de 2016, 08:13:07 am »
Un medio denuncia que la Ertzaintza agredió a uno de sus redactores

La revista Argia ha enviado una nota en la que señala a la Ertzaintza como responsable de romper el pantalón, impedir el trabajo y lanzar al suelo el móvil con el que un redactor grababa la actuación de la Policía vasca

eldiarionorte.es

20/06/2016 - 19:31h


Foto publicada por la revista Argia en la se muestra el estado en el que supuestamente quedó el pantalón de Bereziartua. ARGIA


<a href="http://youtube.com/v/8IPe7OZgHRo" target="_blank" rel="noopener noreferrer" class="bbc_link bbc_flash_disabled new_win">http://youtube.com/v/8IPe7OZgHRo</a>

La revista Argia, medio que se publica en euskera, ha denunciado en una nota que la Ertzaintza agredió e impìdió el trabajo de su redactor Gorka Bereziartua durante la actuación que la Policía vasca realizó para disolver al colectivo Gipuzkoa Zutik en San Sebastián. Según la publicación, un agente trató de quitarle el móvil y después lo tiró al suelo a pesar de que Bereziartua insistió en que era periodista.

La versión de Argia, que  incluye el vídeo superior en su texto, añade que un agente trató de quitarle el móvil a Bereziartua y aunque este le respondió que era periodista, el ertzaina arrojó el dispositivo al suelo y rompió los pantalones y el jersey del redactor. Desde el suelo, el periodista logró mostrar su acreditación de prensa pero, siempre en la versión del medio, siguió retenido por la Ertzaintza.

El Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, a preguntas de eldiarionorte.es, ha manifestado que "el domingo por la tarde patrullas de la Ertzaintza se desplazaron a la Plaza de Gipuzkoa alertados por la presencia de un grupo de personas que ocupaba la vía pública". Al constatar que se trataba de una concentración no comunicada preceptivamente, según señala Seguridad, "los agentes de procedieron a la identificación del responsable de la concentración". "Fue en ese momento cuando se produjo el incidente con varias de las personas que participaban en la concentración y que trataron de oponerse a la identificación", apuntan desde el Gobierno vasco. Además, añaden que "a la Ertzaintza, de momento, no le consta que haya denuncia, lo que no quiere decir que no la hayan podido presentar en el Juzgado".

No es la primera vez que esta revista se encuentra con impedimentos por parte de la Policía tras la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana. El pasado abril,  l a subdelegación del Gobierno en Gipuzkoa sancionó al periodista Axier Lopez con 601 euros de multa en aplicación de la popularmente conocida como 'Ley Mordaza'.  A López se le acusó de difundir a través de su cuenta de Twitter fotografías hechas durante una operación policial “sin autorización”. Las imágenes en cuestión reflejaban el momento en el que Naroa Ariznabarreta fue detenida en la localidad de Eibar (Gipuzkoa) el 3 de marzo.