Yo pensaba que se legislaba al amparo de dogmatismos morales y religiosos particulares, pero veo que según avanza el siglo XXI en vez de separarnos de las directrices eclesiásticas (muy respetables para quien quiera seguirlas desde su ámbito privado) éstas se mezclan y marcan el calendario legislativo.
Se puede llevar al discurso y enemigo que se quiera, pero llevarlo a que legisla la iglesia o la moral de la iglesia me parece equivocado, se va a utilizar y mucho, se va a convencer a muchos, y bueno ya veremos hoy se desnudan y atacan a viejos y ceremonias, mañana veremos a donde se llega, es fácil la victima, es fácil el discurso, lo triste es que se convenza a quien en mi opinión es capaz de mucho más, si legislara la iglesia(ojala nunca) la ley será muy distinta.
UN SOCIALISTA EN CONTRA DEL ABORTO Acabo de llegar de la manifestación convocada por Derecho a Vivir en la ciudad en la que vivo. No eramos muchos, como para un gran titular, pero "bastantes" para lo poco que se moviliza esta sociedad de provincias. En Madrid han sido miles de personas en la calle y, entre todas ellas, ha llamado la atención la presencia de un socialista, miembro del comité federal del PSOE y teniente alcalde del ayuntamiento de Paradas en Sevilla. Se llama Joaquín Manuel Montero. Leo en La Vanguardia que ha acudido a título personal y justifica su presencia con mucha sensatez y sentido común: "Como persona de izquierda y progresista, vengo a defender la vida.
Es un contrasentido que la izquierda no defienda la vida. Aunque me puedan sancionar por saltarme la disciplina de partido mi conciencia está por encima de ella. No se puede ser socialista y estar contra la vida. Asisto a esta manifestación para transmitir el mensaje que había recibido de viejos socialistas de ser voz de los sin voz". Se agradece constatar que la defensa de la vida no es, ni debe ser, un asunto partidista. No es una cuestión exclusiva de creencias mágicas o espirituosas, de dogmas científicos o naturalistas. No es patrimonio de derechas ni de izquierdas, de ateos ni de ultras, de carcas ni progres. No admite etiquetas. Afecta por igual a todos los miembros de la especie humana. Lo ha dicho con gran acierto este fin de semana Ramón Pi en su artículo de la Gaceta:"
La cuestión del aborto provocado no es una cuestión de creyentes o agnósticos, ni de derechas o izquierdas, ni de progresistas o conservadores, sino de vivos o muertos. Del mismo modo, la alternativa que se plantea a una mujer con un embarazo imprevisto no es si seguir con el embarazo o interrumpirlo, sino si quiere ser la madre de un hijo vivo o de un hijo muerto".
Un ateo contra el aborto"
En referencia al
filósofo marxista Gustavo Bueno. En ese artículo hacía referencia al último libro que había publicado Bueno, El fundamentalismo democrático, en el que el filósofo mantiene la siguiente tesis: legalizar una ley del aborto como la presentada por el Gobierno español es un síntoma claro de la corrupción ideológica y práctica de una democracia, en referencia a la ley de Zapatero.
A juicio de Gustavo Bueno, hay toda una gama de “corrupciones no delictivas” que no por ello dejan de ser una “perversión” de la democracia. Para él, la ley de plazos del aborto es uno de los casos más sonados de “degeneración democrática” al que hemos asistido en España. Y detalla tres argumentos.
En primer lugar - explica en su blog Huerta-, por la carga ideológica que lleva la reforma desde su concepción. Tal y como indica Bueno, la idea de una ley de plazos fue presentada por Zapatero recién obtenida su segunda victoria electoral (2008) dentro de un proyecto de “giro a la izquierda”.
Bueno cree que entender el aborto como un contenido propio de un programa de izquierdas es una consideración “totalmente gratuita y temeraria”. Como también lo es la identificación entre progresismo y aborto. Más bien, habría que ver el aborto “como un regreso o ‘retroceso reaccionario’ a la época de la barbarie”.
Para Bueno el aborto provocado solo puede considerarse un progreso como técnica del control de la población alternativa al infanticidio, pero aun así es algo propio de una época bárbara. Incluso si se consideran las cosas sólo desde este punto de vista limitado, parece bastante claro que el recurso al aborto en las civilizaciones avanzadas representa “un arcaísmo inadmisible”.
El argumento religiosoLa segunda razón que invoca Bueno para considerar la nueva ley del aborto como un caso de corrupción democrática
es la estrategia seguida por el gobierno para “zanjar la cuestión reduciéndola a un enfrentamiento entre los ‘defensores racionalistas’ del aborto y los antiabortistas ‘que se apoyan en la Conferencia Episcopal’”.
Con el argumento de que quienes se oponen al aborto lo hacen por motivos estrictamente religiosos, Zapatero pretendía silenciar a los discrepantes. /b]
“Lo que importaba es tramitar la ley cuanto antes y conseguir su aprobación en el Parlamento democrático. La ley de plazos del aborto quedaría justificada en el momento en el cual hubiera recibido su condición de ley democrática. Por ello la postura antiabortista debería considerarse como un simple residuo propio de las concepciones más reaccionarias de la época medieval”, subraya Bueno.
"Corrupción ideológica"
Y el tercer argumento de Bueno se dirige contra el supuesto “derecho al aborto” que tendría la mujer embarazada. Pero, "la vida de ese hijo que tiene ya una identidad singularizada no tiene nada que ver con que otra persona, aunque sea su madre, lo desee o lo deje de desear”, afirma el filósofo.
"¿Y qué le importa al germen, al embrión, al feto o al infante, que tienen una vida individual propia y autónoma respecto de la madre, el no haber sido deseado por ella? ¿Acaso puede un hijo asesinar a sus padres porque no desea tenerlos?”, añade.
Bueno concluye que "el proyecto de ley de plazos del aborto, con los fundamentos que para ella nos ofrecen sus defensores, manifiesta un gravísimo estado de corrupción ideológica de los dirigentes de la democracia realmente existente”.
PASOLINI
El poeta y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini estaba muy lejos de cualquier posición conservadora o clerical pero entre 1973 y 1975, en sus artículos de Il Corriere della Sera, en su columna "Escritos corsarios" se manifestó con contundencia contra la legalización del aborto.
Él era firmemente ateo, declaradamente homosexual y militantemente comunista, pero ninguno de estos colectivos hoy se sentiría a gusto con sus posturas. Era homosexual y promiscuo pero evitaba el submundo gay; era comunista pero heterodoxo y le expulsaron del partido; era ateo, pero como poeta y artista no podía no ver lo sagrado en la vida y la existencia, y su "Pasión según San Mateo" obtuvo premios cinematográficos católicos (por su sensibilidad, no por su teología).
Pasolini se enfrentó a su entorno de la izquierda radical cuando éste planteó la legalización del aborto en Italia.
"Estoy traumatizado con la legalización del aborto porque, como muchos, la considero como una legalización del homicidio", escribió en Il Corriere della Sera.
Más allá de los partidos
Frente a las consignas simplonas de la izquierda y su visión del mundo en dos bandos, Pasolini escribió: "el contexto en el que hay que considerar el problema del aborto es mucho más amplio y va mucho más allá de la ideología de partidos".
En definitiva quizás Flip veamos no lejos, no tan lejos, los días en que independientemente de tus creencias, te condenarán(por ley) por decir, por pensar, por expresar que consideras que el aborto es una tragedia, y no un derecho, seas o no religioso y curiosamente hay una tremenda coincidencia con los más radicales y terribles promotores del ultra liberalismo en considerar las medidas abortivas como un arma irrenunciable, solo eso a mí me haría pensar, solo ver que en muchos dispensarios de África encontraras medios contraceptivos y abortivos por valor de miles de dólares y no una vacuna o medicamento de unos pocos euros contra la malaria.
Un saludo