Según la Unión Federal de Policía
'Para los políticos la Policía es basura'
Eduardo García Serrano
Lunes, 5. Enero 2015 - 12:38
La actitud mostrada por la cúpula de Interior en las honras fúnebres del último agente de la Policía caído en acto de servicio es, para los sindicatos policiales, una evidencia del desprecio del ministro y de los políticos por la Policía Nacional.
Al margen de los conductos oficiales y de los actos institucionales todos los sindicatos policiales han rendido tributo al policía nacional Francisco Javier Ortega, asesinado por un inmigrante ilegal en la estación madrileña de Embajadores, con concentraciones silenciosas llevadas a cabo simultáneamente en todas las comisarías de España, a las que se sumaron muchísimos ciudadanos que quisieron así mostrar y trasladar a la Policía la gratitud, la solidaridad y el respeto que sus mandos políticos han sido incapaces de ofrecerle más allá de las frías y distantes declaraciones institucionales, recurrentes, estereotipadas y reiterativas. Fuentes de la Unión Federal de Policía (UFP) manifiestan en Gaceta.es que "es como si en el Ministerio de Interior tuvieran un cliché ya redactado al que basta con cambiarle el nombre del policía muerto y las circunstancias en las que cayó y... hasta el próximo".
Para la UFP, sindicato policial al que estaban afiliados tanto la agente Vanessa Lage, asesinada al tratar de evitar un atraco en Vigo, como el agente Francisco Javier Ortega, "es inconcebible que el ministro de Interior no encontrase un hueco en su apretadísima agenda para acudir al entierro y a los funerales del policía asesinado en Madrid por un inmigrante ilegal. Cuando un agente de policía cae en acto de servicio el minsitro del Interior no tiene nada más importante que hacer que acudir a las honras fúnebres de quien está a sus órdenes y al servicio de los españoles. La ausencia del ministro es una evidencia de que para el Ministerio de Interior los policías somos basura, pues así es como nos tratan". Las fuentes de la UFP consultadas por Gaceta.es, cuya identidad personal nos reservamos por razones obvias, responsabilizan de la muerte de Francisco Javier Ortega a los poderes legislativo y judicial " porque sólo gracias a la laxitud de las leyes, en este caso de la la Ley de Inmigración, y a la falta de rigor de los jueces se puede explicar que un inmigrante ilegal con nueve antecedentes policiales en su haber permaneciese aún en España y además en libertad absoluta. Hay que recordar que Alí Raba Yode, el asesino u homicida que arrojó a las vías del tren al agente Francisco Javier Ortega, entró ilegalmente en España, que aquí fue detenido hasta en nueve ocasiones y, por lo tanto, liberado por los jueces otras nueve veces y que hace sólo unos meses ya había intentado, afortunadamente sin conseguirlo, arrojar a las vías del Metro a otro agente de la Policía Nacional. En ningún otro país del mundo un sujeto como Alí Yaba Rode hubiera permanecido en el territorio nacional de ése país (salvo en la cárcel) y mucho menos en libertad. En España, sí. Y para culminar el despropósito y el disparate, el ministro de Interior no acude ni al entierro ni al funeral del compañero caído en acto de servicio.Por el desprecio que nos ha demostrado no cabe, pues, más que deducir que para los políticos los policías somos basura".
Por su parte, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el sector, a través de su portavoz, Javier Estévez, manifestaba a Gaceta.es que "esta es la segunda vez que el ministro de Interior no da la cara en el entierro y los funerales de un policía asesinado. Pasó deprisa y corriendo por el lugar del crimen, pero no asistió a las honras fúnebres. Por eso el SUP, en particular, y la Policía en general no pueden sentirse identificados con unos mandos políticos que sólo se acercan a nosotros para hacerse la foto cuando una operación policial culmina con éxito, incautación de alijos de drogas, desarticulación de bandas terroristas y del crimen organizado, detención de pederastas, etc, pero no cuando un agente de la policía cae en acto de servicio". Según Javier Estévez, " con los cinco minutos de silencio llevados a cabo simulñtáneamente en todas las comisarías de España se perseguían cuatro objetivos fundamentales: rendir homenaje a nuestro compañero Francisco Javier Ortega, hacer visible el reencuentro con los ciudadanos a los que servimos, patentizar el desencuentro de la policía con la cúpula de Interior, que al igual que con la agente Vanessa Lage tampoco acudió a las honras fúnebres del último agente asesinado, y demandar que cuando un policía caiga en acto de servicio las banderas de los edificios oficiales, o al menos las de las comisarías, ondeen a media asta".
Finalmente, cabe destacar que, a tenor de la jornada de los cinco minutos de silencio en todas las comisarías de España, se está preparando un funeral conjunto, organizado por la Guardia Civil y la Policía Nacional, en la Basílica de Los Ángeles, en el madrileño Cerro de Los Ángeles, para el próximo 11 de enero a las 13 horas, al que los agentes de ambos cuerpos acudirán uniformados para mostrar a jueces y políticos, de forma pacífica y silenciosa, que las leyes no se aplican y que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado temen a diario por sus vidas. A este funeral se invitará formalmente al Ministro de Interior. Veremos si esta vez acude.