en el barrio de Las Matillas
Acusan de «homicidio por imprudencia grave» al policía local que en 2011 empujó a un hombre que luego falleció
La Fiscalía pide para el agente 2 años de cárcel, 3 de inhabilitación y que indemnice a la familia de Ángel Neptaly Vargas, con 415.000 euros
26.03.14 - 01:12 - SALVADOR ARROYO | MIRANDA DE EBRO |
ESCRITO DE CALIFICACIÓN
Otros acusados. Policía local V.H.G.J. (falta de lesiones); y el hombre que acompañaba al fallecido aquella noche, L.G.V.V. (atentado a agentes de la autoridad y dos faltas de lesiones).
Penas y sanciones. Para V.H.G.J, la Fiscalía solicita multa de dos meses a razón de 10 euros por día con mes de privación de libertad en caso de impago. Respecto a L.G.V.V, pide prisión de un año por el primero de los delitos, y multa de un mes por cada una de las dos faltas.
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La Fiscalía Provincial de Burgos pide dos años de prisión y tres de inhabilitación para ejercer su trabajo, al agente de la Policía Local J.M.A.P., por entender que es responsable de un delito de homicidio cometido por imprudencia grave del artículo 142, 1 y 3 del Código Penal. Le acusa de provocar a Ángel Neptaly Vargas, una contusión occipital con fractura craneal, así como de ocultar este traumatismo a los restantes agentes de la guardia urbana y a los servicios médicos. Circunstancia ésta última que «contribuyó a que no se le aplicara un tratamiento médico y quirúrgico encaminado a reducir la presión intracraneal».
Son, a juicio del Ministerio Fiscal, las causas del fallecimiento de este hombre, de origen ecuatoriano, que se produjo en 2011, tras una intervención policial de madrugada en una parcela del barrio de Las Matillas. Hasta allí acudió una patrulla tras conocer que había «una gran concentración de personas que originaban ruidos y molestias».
La confusión sobre lo sucedido llevó ya, en aquel momento, a la apertura de una investigación. Los primeros datos apuntaban a que Ángel Neptaly Vargas (tenía 47 años) ingresó en el Hospital Comarcal Santiago Apóstol con unas «constantes hemodinámicas perfectamente estables». La primera comunicación que se traslada a la Comisaría desde el propio centro hospitalario fue que el fallecimiento se había producido por coma etílico.
Sin embargo, horas después de producirse el deceso, la familia recurría a EL CORREO, para pedir una investigación. En calidad de portavoz, el presidente de la Asociación Ecuatoriana Reina del Cisne, Geovanny Vintimilla, explicó que, entre la 1.00 y las 2.00 horas, y según el testimonio recabado de sus compatriotas, un agente «agredió» a uno de los jóvenes que se encontraban en el descampado. Después quiso mediar Vargas, que «había bebido bastante». En el forcejeo fue empujado y cayó al suelo.
Tal y como recogía este periódico, y según la versión de algunos de los presentes, el fallecido sufrió en ese momento convulsiones. Pero no fue atendido por los policías, que procedieron a realizar una detención. Permaneció en el suelo hasta que llegó otra patrulla y los servicios sanitarios. Fallecería en en torno a las 6.30 horas de la madrugada de aquel 5 de junio en el centro hospitalario de la carretera de Orón.
La institución del Estado que se integra en el Poder Judicial, y que en Burgos tiene a Santiago Mena como fiscal jefe, recoge en su escrito de calificación, el detalle de lo sucedido hace más de dos años. El caso lo lleva el fiscal Fernando Gómez Recio y aún estaría en fase de instrucción por parte del Juzgado de Primera Instancia de Miranda, según confirmaron desde el departamento de Comunicación del TSJ. «Está a punto de declararse la apertura del juicio oral, pero aún se están presentando recursos puesto que son varios los acusados».
De acuerdo con lo expuesto en el informe fiscal, el 5 de junio se desplazó a Las Matillas una patrulla «que procedió a solicitar al grupo de personas allí reunidas que abandonaran el lugar». Sobre la 1.45 horas los dos agentes acusados (J.M.A.P. y V.H.J.G.) dieron el alto a un vehículo. El conductor, tras parar el coche, «se aleja hacia el lugar donde se encuentran concentradas varias personas». Ante esta actitud, uno de los dos policías procedió a interceptarle y a detenerle «teniendo para ello que reducirle en el suelo y colocarle los grilletes».
Agresiones
A consecuencia de esta intervención, el agente (V.H.J.G.) resultó con contusión centroparietal y el conductor (J.D.M.S.), sufrió erosiones superficiales en frente, zona temporal izquierda y pómulo izquierdo. Mientras esto sucedía, el fallecido, acompañado por L.G.V.V. se dirigieron al segundo policía (J.M.A.P.) «protestando». Fue entonces cuando éste, según el escrito de calificación, habría empujado «hasta derribarle al suelo» a Vargas, cayendo hacia atrás golpeándose en la parte trasera de la cabeza, quedando inconsciente. «Se encontraba bajo los efectos de una importante intoxicación etílica», se apunta a continuación.
Durante el transcurso de estos hechos, una persona grabó la escena con su móvil. Y el policía V.H.J.G. se lo arrebató de las manos «y le propinó una patada en el cuello derribándole al suelo». Posteriormente le daría, según la Fiscalía, «un puñetazo en la nariz». Fue entonces cuando el acompañante del fallecido (L.G.V.V.) propinó al agente «un empujón en el pecho y un puñetazo en el hombro izquierdo». Su compañero acudió en su auxilio y recibió del mismo encausado «una patada en la rodilla izquierda».
Vargas permanecía tendido en el suelo. A la llegada de otros policías al lugar de los hechos, J.M.A.P. les dijo, supuestamente, que «el caído no tenía nada que ver con la intervención y que estaba dormido». Cuando lo hizo la ambulancia, los integrantes de la dotación policial informaron al médico «que la incidencia se trataba de una persona en estado de embriaguez». El facultativo, después de reconocer a Ángel Neptaly Vargas, diagnosticó que sufría un coma etílico y acordó su traslado al Hospital Comarcal Santiago Apóstol. Ingresó a las 2.18 horas. Fue atendido por el médico de urgencias y «ubicado en el vox de aislamiento». En este punto, el fiscal plantea que «como quiera que el facultativo no apreciara signos externos de traumatismos y nadie le advirtió de que al caer se había golpeado la cabeza, diagnosticó intoxicación etílica».
Pasadas las 5:30 horas el monitor detectó una parada cardiaca. Las enfermeras de guardia procedieron a efectuar maniobras de reanimación «que no dieron resultado». Vargas falleció sobre las 6:30 horas «a consecuencia de las graves lesiones craneales que presentaba consecuencia del golpe y la caída al suelo ocasionadas por el acusado J.M.A. P.», insiste el Ministerio Fiscal.
La autopsia
La autopsia evidenció que el hombre, que dejó mujer y cinco hijos, presentaba «infiltrado hemorrágico en región tempoparietal; fractura lineal de la calota en la zona parietotemporal izquierda, horizontal; y hematoma subdural en toda la convexidad del hemisferio izquierdo». En el momento de fallecer tenía una concentración de alcohol en sangre de 2,25 gramos por litro.
«La muerte se produce por el daño cerebral que produce la propia contusión y el aumento de la presión intracraneal causado por la hemorragia y el edema», suscribe el fiscal que, además de los dos años de cárcel y tres de inhabilitación para ejercer como funcionario público, pide al acusado, en concepto de responsabilidad civil, una indeminización de 140.000 euros para la esposa de Vargas y de 55.000 por cada uno de sus cinco hijos (de 17, 14, 10, 7 y de 5 años de edad). En total, 415.000 euros.
La Embajada del Ecuador en España llegó a solicitar formalmente «toda la información» sobre la muerte de su compatriota. El entonces embajador Galo Chiriboga Zambrano dispuso «que la Agregaduría Policial y el departamento de Coordinación Ciudadana de la Embajada realicen las gestiones necesarias para recabar toda la información posible que ayude a esclarecer las causas de la muerte». Chiriboga es hoy Fiscal General del Estado del Ecuador.