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Las cajas valoran Banca Cívica siete veces por encima del actual precio en Bolsa
Banca Cívica vale en el mercado mucho menos de lo que tasaron en su día Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y CajaCanarias. Según datos públicos, estos accionistas valoran el banco siete veces por encima de lo que marca la Bolsa y de lo que, presumiblemente, pagará Caixabank. Además, las cajas se convertirán en fundaciones si prospera la oferta.
El equipo de gestores encabezado por Enrique Goñi (Caja Navarra) y Antonio Pulido (Cajasol) rebosó optimismo en el momento de tasar los negocios de las cajas que iban a dar lugar a Banca Cívica. Según datos del folleto de salida a Bolsa, a la entidad cotizada se le asignó un valor de más de 2.500 millones de euros, la mayoría procedente de aportaciones “no dinerarias” del traspaso de los activos de estas cajas de ahorros.
Las ampliaciones de capital mediante aportaciones dinerarias fueron 237 millones de euros, mientras que el resto hasta los algo más de 2.500 millones son los activos y pasivos de las cuatro entidades fundadoras de Banca Cívica. Todo ello antes de la salida a Bolsa. Se valoraron los negocios de Caja Navarra (CAN) y Cajasol en 657 y 697 millones, respectivamente, en tanto que los de Caja Burgos y CajaCanarias se fijaron en 471 y 483 millones.
Banca Cívica vale en Bolsa 1.100 millones a un precio por acción de 2,22 euros. Fuentes consultadas creen que Caixabank no llegará siquiera a esa cota en su oferta, aunque esto se sabrá a partir de las cinco de la tarde tras la reunión de ambos consejos. Por consiguiente, la entidad catalana será mucho menos generosa (concluyó la auditoría la semana pasada) que las que de momento controlan Banca Cívica con un 55,3% de los derechos de voto.
Los balances individuales de CAN y compañía corroboran estas valoraciones. Según datos de CECA (patronal de cajas), el principal y casi único activo de la nueva Cajasol, su 16% en Cívica, marca 768,5 millones, frente a los menos de 100 millones que indica la Bolsa. Este dato es casi idéntico a la suma de la aportación dineraria de la caja andaluza (68,8 millones) en el momento de creación de Cívica y los activos trasvasados (697 millones).
Lo mismo ocurre con CAN, que en su activo tiene una participación asociada valorada en 727 millones, Caja Burgos (519,8 millones) y CajaCanarias (533,8 millones). Todas ellas financian esa participación con las reservas incluidas en los fondos propios. Fuentes de Banca Cívica prefieren no hacer ninguna valoración de las posibles repercusiones que podrían tener esta disparidad de cifras. “Estas cosas se irán sabiendo”, comentan.
Los criterios de contabilidad dicen que, según el método de la participación, la inversión en una asociada, como lo es Banca Cívica para sus cajas accionistas, se registrará inicialmente al coste, y se incrementará o disminuirá su importe en libros para reconocer la porción que corresponde al inversor en el resultado del ejercicio obtenido por la entidad participada, después de la fecha de adquisición. El inversor reconocerá, en su resultado del ejercicio, la porción que le corresponda en los resultados de la participada.
Los 1.100 millones a los que capitaliza Banca Cívica representan un 33% de sus fondos propios, cuando Santander y BBVA cotizan casi al 100% del valor patrimonial y la banca mediana lo hace a alrededor del 70%. Este fuerte descuento se explica por los saneamientos de 2.000 millones que tendrá que hacer Banca Cívica en su cartera de activos inmobiliarios, obligados por la ley de Economía y que han sido el catalizador de la fusión con Caixabank.
LAS CAJAS SE CONVERTIRÍAN EN FUNDACIONES
La operación permitiría a Banca Cívica ser viable, pero pasaría una dolorosa factura a las cajas que controlan el accionariado. Caja Navarra y Cajasol tienen el 16,1% cada una de la cotizada, por el 11,7% de Caja Burgos y el 11,3% de Caja Canarias. Esta posición de dominio pasaría a ser historia en caso de fusión, lo que les obligaría a dejar de ser cajas y convertirse en fundaciones.
“Es algo que está sobre la mesa”, publicó este medio la semana pasada de fuentes conocedoras. En base a unos supuestos de canje con precios de mercado, la entidad navarra y la andaluza tendrían cada una alrededor del 1,5% de Caixabank, mientras que el resto se quedaría en el 1%. Menos del 5% en conjunto. Otra cuestión es qué cargos podrían desempeñar los mandamases de estas cajas en el entramado catalán, ya que su peso es pequeño.
El real decreto de febrero para la reforma del sector indica que si una caja reduce su participación en el banco que ha creado por debajo del 25%, o deja de ostentar el control según los términos del código de comercio, “deberá renunciar a la autorización para actuar como entidad de crédito […] y proceder a su transformación en fundación especial”.
“La fundación centrará su actividad en la atención y desarrollo de su obra benéfico social, para lo cual podrá llevar a cabo la gestión de su cartera de valores [como una participación en Caixabank]. La fundación deberá destinar a su finalidad benéfico-social el producto de los fondos, participaciones e inversiones que integren su patrimonio”, dice el documento. “Auxiliarmente, podrá llevar a cabo la actividad de fomento de la educación financiera”.
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