Y mientras hace dos años se vendía en prensa esa Unidad de Policía Judicial junto con los otros añadidos del artículo anterior, hoy en prensa se los califica de esta forma.
Desde luego la foto elegida no es para menos.
"Cuando acabe la música, coge el revólver y dispara...si puedes http://youtube.com/v/8sW-gclOVvY
¿John Wayne? No, un policía municipal de MadridJohn Wayne era el más rápido del Oeste. Su Colt Peacemaker, el revólver más legendario de América, era todo un símbolo de modernidad, eficacia y fiabilidad cuando fue creado en 1873 y durante muchas décadas después. Lo lució en Centauros del Desierto y otra gran retahíla de películas que siempre reflejarán una de las épocas más fílmicas de la historia de los Estados Unidos.
El primer revólver se creó en 1814. Hace casi 200 años. Desde entonces, las armas han evolucionado mucho y la pistola, con más munición por cargador, más rapidez y menos peso, ha sustituido al revólver en la práctica totalidad de las fuerzas de seguridad desarrolladas. Tan solo los coleccionistas, cazadores y aficionados al tiro deportivo continúan disparando el arma de John Wayne.
Pero existe una excepción a esta regla. Madrid. En la capital de España, cerca de 2.000 agentes de la Policía Municipal continúan portando revólveres en sus cartucheras como arma de defensa. “Los malos juegan con ventaja cuando nos enfrentamos a ellos, porque cuentan con pistolas mucho más rápidas”, explica un miembro del cuerpo.
Los revólveres pesan más de un kilo y almacenan tan solo seis disparos. Tras el sexto tiro, hay que recargar el arma y esto se hace cartucho a cartucho. “Imagínate, en medio de un tiroteo, se me acaban las balas y ponte a cargar otras seis una a una, me tiemblan los dedos”, explica un agente que utiliza este material.
Los que tienen la suerte de utilizar pistola semiautomática disponen de 18 disparos seguidos que, cuando se acaban, se recargan en menos de un segundo con solo pulsar un botón. Son más ligeras y el impacto de las balas también supera a su predecesor.
Los revólveres que utiliza la Policía Municipal, además, ya no se fabrican, debido a que la empresa que los hacía quebró hace 17 años. Cuando se estropean, explican desde la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU), “se reparan con piezas de desguace de otros revólveres que están inservibles”, ya que no se pueden pedir a la fábrica.
Esto, continúan desde APMU, “no ofrece ninguna garantía de uso ni de precisión”, ya que no son reparaciones oficiales, sino remiendos llevados a cabo por los propios funcionarios.
Durante los últimos años, desde que quebró la empresa que fabricaba los revólveres (Astra), el Ayuntamiento ha ido sustituyendo paulatinamente estas armas cortas por pistolas, pero aún quedan casi dos millares de unidades. Con ellas, los funcionarios tienen que afrontar conflictos callejeros, persecuciones, vandalismo, robos o peleas. “No es operativo”, dice un agente en referencia al revólver.
Desde APMU denuncian también es frecuente que los viejos revólveres “se caigan de la funda” durante el forcejeo con los detenidos o que incluso algunos delincuentes los roben en un momento de descuido, ya que la cartuchera donde se guardan “carece de los mínimos elementos de seguridad”.
La funda, explican desde APMU, es de cuero y no de plástico duro como la de las pistolas, con lo que suele romperse con el paso del tiempo y no tiene ningún seguro para evitar que se abra con facilidad.
La diferencia entre un revólver y una pistola
El revólver está pasando a ser una pieza de coleccionista por su menor rapidez y fiabilidad respecto a las pistolas semiautomáticas. Es más pesado y su lenta recarga, cartucho a cartucho, lo hace poco operativo para el trabajo policial. Su uso, por lo tanto, se limita a cazadores o aficionados al tiro deportivo, que encuentran en el revólver un aire vintage.
Las pistolas hoy en día ofrecen un impacto igual o superior a los revólveres con el calibre nueve milímetros, son más ligeras, disponen del triple de disparos consecutivos y, sobre todo, se recargan en apenas un segundo. Con solo apretar un botón, el cargador vacío cae al suelo y deja el espacio libre para introducir el nuevo con un único movimiento hacia arriba.
Esta rapidez y eficacia hace que las pistolas sean más operativas para los agentes que patrullan la calle, que en cuestión de segundos tienen que tomar decisiones que pueden acarrear la muerte de otras personas o la suya propia.
“Los reparamos con piezas de desguace”
Los revólveres son armas cortas que hoy por hoy están superadas en precisión y manejabilidad por las pistolas, pero es que además, en el caso de los utilizados por la Policía Municipal de Madrid, otra circunstancia los hace aún menos fiables.
La empresa que comenzó a fabricar estos revólveres en Éibar (Guipúzcoa) en 1908 hace 17 años que quebró. Esto ha provocado que desde entonces los agentes de la Policía Municipal de Madrid no dispongan de piezas de recambio cuando se estropea alguna de sus armas.
Al no tener otra alternativa –pues las pistolas proporcionadas por el Ayuntamiento de Madrid no alcanzaban a la totalidad del colectivo, sino tan solo a dos tercios de los poco más de 6.000 empleados–, los funcionarios se las han ido ingeniando como han podido durante los últimos 17 años.
Según explican desde la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU), cuando algún arma dejaba de funcionar porque se rompía una pieza, ésta se sustituía por otra que se sacaba de otro revólver que ya estaba inservible. Vamos, del desguace.
Este sistema de taller improvisado, como explican desde APMU, no ofrece evidentemente ningún tipo de “garantías”, ni de cara al uso del arma enmendada ni a su precisión.