Un policía municipal fingía ser jefe del CNI y pedía sexo a mujeres a cambio de trabajar de espías
La Guardia Civil detiene al agente municipal de Xàtiva
¿Le gusta la acción?, ¿sabría manejarse en una situación de estrés?, ¿si tuviera que seducir a un hombre le importaría la edad?, ¿lo haría para lograr un objetivo?». Estas son sólo algunas de las preguntas que un policía local de Xàtiva y vecino de la Vall d'Albaida hacía a sus víctimas en una de las más rocambolescas estafas desenmascaradas por la Guardia Civil en la Comunitat.
El agente fingía ser un jefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y prometía trabajo de espías a mujeres desempleadas a cambio de favores sexuales. Eso sí, los maquillaba hábilmente como una fase más de la sacrificada formación para lograr el puesto de agente secreto, por el que garantizaba sueldos de 1.900 euros al mes.
La investigación arrancó en agosto, después de la denuncia de una de las 11 víctimas que hasta la fecha contabilizan los investigadores de la Benemérita en Valencia y Alicante. El policía local arrestado es F. H. P., un hombre de 56 años residente en un municipio de la Vall d'Albaida y con casi tres décadas al servicio del Ayuntamiento de Xàtiva. Al parecer, llevaba varios meses con el engaño y había implicado a su pareja, M. D. R. M., de 45 años, también detenida como cómplice.
El plan del policía fue hacerse pasar por un jefe del CNI, la agencia estatal de Inteligencia. Al parecer, su compañera sentimental llegó a creer que realmente ostentaba este cargo y fue ella quien se encargó de captar y seleccionar a la mayoría de las víctimas entre sus amigas y conocidas sin empleo.
Según fuentes próximas al caso, las mujeres que acudían a las citas eran jóvenes de entre 25 y 35 años. En esos encuentros, el sospechoso intentaba aparentar al máximo su condición de alto mando de los servicios secretos. Para ello lucía con descaro una falsa acreditación del Ministerio de Defensa correspondiente al Ejército del Aire, armas de fuego, pasamontañas, aparatos electrónicos de transmisión, localizadores GPS...
En las instalaciones donde convencía a sus víctimas había colocado algunos pupitres. También enseñaba a las candidatas fotografías, insignias militares y vídeos con secuencias bélicas. Todo era un gancho para lo que venía después: la formación y fase de selección, que incluía la entrega de dinero, la mayor cantidad de oro que pudieran acumular y, como última prueba, los favores sexuales.
Bajo el paraguas del mundo del alto espionaje, el sospechoso obligaba a las víctimas a guardar secreto sobre el proceso. Incluso llegó a amenazarlas para que no revelaran los detalles de aquella misteriosa selección laboral.
Pero la denuncia de una de las afectadas dio al traste con su invento. Tras varias investigaciones por parte de la Guardia Civil de Gandia y de Picassent, F. H. P. fue detenido el martes en Bellreguard y acusado de usurpación de funciones públicas, intrusismo, estafa, amenazas y tentativa de abuso sexual.
El sospechoso declaró junto con su compañera en un juzgado de Gandia y ha quedado en libertad. En el Ayuntamiento de Xàtiva aseguraron que se han tomado «medidas cautelares acorde con su situación judicial», en referencia a la retirada de su arma reglamentaria. Sin embargo, no confirmaron que el agente haya sido apartado de su puesto en la Policía Local de la capital de La Costera. Algunos de sus compañeros se mostraron sorprendidos por la detención de un hombre «con larga experiencia profesional».