Eguiguren favorable a la negociación política con ETA y a la anexión de Navarra
Javier Oyarzabal
Viernes, 14 Marzo 2008
San Sebastián.- En la primera parte de ?El lento camino hacia Kosovo? terminaba con la reflexión que me producía lo que querían los vascos con el buen triunfo del PSE en las elecciones del 9-M teniendo en cuenta los últimos euskobarómetros. La conclusión era clara, las inquietudes mayoritarias de los vascos son las siguientes: Un voto útil para que desde el Gobierno se dialogue con ETA sin condiciones previas, que se le den contrapartidas políticas a los etarras, que se deje de perseguir a la izquierda abertzale, que se convoque un referéndum para darle la palabra a los ciudadanos vascos y romper con el estatus actual del País Vasco para llevarle a una nueva concepción de soberanía compartida o federalismo que nada tiene que ver con el actual ordenamiento jurídico.
?El PSE puede asumir lo que quieren los vascos (nacionalistas, socialistas y comunistas representados en un 80% de la población en el País Vasco según esos euskobarómetros)?, por supuesto que si. Si el partido de Patxi López ha sido el gran triunfador en las elecciones del 9-M, dentro del mismo el que sale reforzado es Jesús Eguiguren, el presidente del PSE y la cabeza visible en el equipo negociador de José Luís Rodríguez Zapatero con la banda terrorista ETA. Jesús Eguiguren y Patxi López llegaron de la mano a la dirección del PSE, en marzo del 2002, cuando Nicolás Redondo Terreros fue defenestrado desde Madrid con la llegada de Zapatero a la secretaría general del PSOE. Desde ese momento las tesis de negociar con ETA se impusieron dentro del socialismo y el presidente de los socialistas vascos ha sido el ?alter ego? del presidente en las conversaciones con la banda terrorista.
?Por qué decimos que las inquietudes de los vascos pueden ser asumidos perfectamente por el PSE? Jesús Eguiguren publicó en el a?o 2003 un libro titulado ?Los últimos espa?oles sin patria y sin libertad?, el mismo libro con el que Josu Ternera, uno de los máximos dirigentes de ETA, llegaba debajo del brazo el 21 de junio del 2005 a la reunión que iba a mantener con el presidente del PSE en el hotel Wilson de Ginebra (Suiza) como así sabemos todos los expertos en la información sobre terrorismo de este país; dato que fue publicado en su momento por Luís R. Aizpeolea en el diario El País en junio del 2007 pero que anteriormente había sido dado en exclusiva por el diario ABC el 17 de octubre del 2006.
Dentro de ese libro se podía leer el epílogo titulado "bases para un arreglo?. Para hacernos una idea de lo que se exponía en esos puntos de reflexión del presidente del PSE hagamos memoria histórica y recordemos lo que decía Arnaldo Otegui sobre el citado estudio ?La izquierda abertzale no se siente cerca de la filosofía del ?más Estatuto? que promulgan los socialistas vascos, sino de lo expresado por el presidente del PSE-EE en el epílogo de su último libro? Y no es de extra?ar porque en este trabajo se abordan cuestiones como la territorialidad, la cuestión de los presos y la autodeterminación. El sue?o dorado de ETA y de Batasuna. Exactamente su opinión se podía ver en una larga entrevista concedida al diario GARA, el ex dirigente batasuno, ahora en prisión, manifestaba que ?nosotros estamos más cerca de las tesis que plantea Eguiguren en sus "Bases para un arreglo" que del plan Ibarretxe, porque Eguiguren defiende la resolución del conflicto y además toca prácticamente todos los temas: derecho a decidir, plazos, territorio, presos, víctimas..., lo que ahora corresponde es establecer un consenso básico sobre todas esas cuestiones?.
La izquierda abertzale y la banda terrorista descubrió en esos textos un posible punto de encuentro en claves muy diferentes a los usados hasta entonces.
Estas ?bases?, publicadas en el a?o 2003, incluyen afirmaciones que con el tiempo pueden leerse incluso como propuestas de la izquierda abertzale. Así, el primer punto aboga por ?el reconocimiento de que todas las opciones políticas deben disponer de los mecanismos y posibilidades de llevar a la práctica sus objetivos democráticos. Expresado de otra forma, nuestra sociedad es libre de decidir su futuro siguiendo los procedimientos democráticos. La función del ordenamiento jurídico es garantizar los mecanismos para adoptar dichas decisiones y hacer posible su aplicación y su puesta en práctica, siempre y cuando se sigan los procedimientos de diálogo y consenso?
Como publicaba el diario Gara, ?Eguiguren planteaba la necesidad de buscar este acuerdo a través del ?diálogo multipartito? en ?un foro o lugar de encuentro?. La mesa de partidos era una idea naciente que daría mucho que hablar y recogería adhesiones prácticamente unánimes en 2005 y los inicios de 2006. Incluida la del PNV, con quien la izquierda abertzale intensificó también los contactos, esta vez en su sede de Sabin Etxea, en paralelo a los mantenidos en Elgoibar con el PSE.? El mismo periódico abertzale hacía su reflexión sobre el epílogo escrito por el presidente del PSE, ?Detalles a un lado, lo innegable de las bases de Eguiguren es la idea de fondo de la necesidad de una solución política -un ?arreglo? según su terminología-. Esta concepción sería trasladada sin margen de duda a las conversaciones con la izquierda abertzale, desde el compromiso mutuo de 2002 hasta 2004.?.
La propuesta de Anoeta 2004
Como muy bien explicaba la plataforma Basta Ya, en Noviembre de 2.004, Batasuna presentó la ?Propuesta de Anoeta? a la que ETA dio públicamente su visto bueno y en la que quedaba recogido el planteamiento de las dos mesas de negociación, una política y otra paralela para las cuestiones relativas a la violencia terrorista y sus efectos. En el texto de Eguiguren se afirmaba que ?paralelamente a este proceso de diálogo, deberán ponerse en marcha los mecanismos necesarios para avanzar en las cuestiones de desaparición de cualquier organización armada, tratamientos de las personas en prisión, o con causas judiciales pendientes, etc.?.
En la búsqueda del ?consenso básico sobre todas esas cuestiones?, en expresión de Arnaldo Otegui, el siguiente paso fue sobre la necesidad de que el acuerdo respetase la pluralidad política vasca y sobre la necesidad de que el proceso fuese evolutivo, con ?marcos de transición? entre una etapa y otra.
Respecto a la primera cuestión, Eguiguren consideraba que era necesario ?el consenso de las distintas tradiciones políticas que integran el pluralismo vasco, mediante acuerdos que sólo pueden lograrse en ausencia de cualquier tipo de coacción o violencia, en plena igualdad de condiciones y salvaguardando en todo caso los derechos y libertades de todos? y respecto a la segunda, relativa al derecho de autodeterminación, Eguiguren proponía distinguir ?entre el reconocimiento, su regulación y su ejercicio, que podrían darse en fases distintas en el tiempo. El reconocimiento del principio podrá darse como resultado del diálogo multipartidario, posponiendo su regulación a un momento posterior ya que su ejercicio, en ningún caso, podrá llevarse a cabo de forma inmediata. Tendrá que ser posterior a la culminación de todo el proceso de paz, incluyendo el tiempo necesario para que se hayan curado las heridas del pasado, sea un hecho la reconciliación, se haya consolidado un clima de confianza en el sistema y una convivencia plenamente pacifica. La única forma de establecer esta garantía, además de confiar en la prudencia de los partidos e instituciones, es regular desde el principio el tiempo considerado suficiente -como mínimo 10 a?os- o bien establecer una mayoría cualificada, que requiera el consenso de formaciones pertenecientes a distintas sensibilidades, para adoptar la iniciativa.?.
La carta de Batasuna al presidente del Gobierno
Asumiendo estos dos conceptos, en Enero de 2.005, Batasuna difundió una carta abierta en los medios de comunicación dirigida al Presidente del Gobierno en la que proponía ?un acuerdo que debe contar con la adhesión y el respeto de las distintas sensibilidades existentes en el pueblo vasco y que debe ser refrendado, inevitablemente, por todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas que vivimos y trabajamos en Euskal Herria; así pues, nuestro compromiso es nítido: ese proceso de decisión debe de ser acordado en tiempos, mecanismos y garantías de derechos por parte de todas o, en su defecto, la mayoría de las formaciones políticas de nuestro país?,y esta propuesta de acuerdo se sometía al compromiso de que ?el día después de dicho acuerdo no supondrá ni la ruptura unilateral independentista ni la alteración de derechos básicos para ningún ciudadano o ciudadana, sea cual sea el ámbito de su adscripción nacional o identitaria?.
Tras la victoria socialista se inició la labor de consensuar la propuesta de negociación de Eguiguren, con sucesivos acuerdos sobre la metodología, el contenido del acuerdo y sus plazos de aplicación. La propuesta de Eguiguren no planteaba límite sociopolítico alguno e incluía todas las posibilidades, entre ellas la independencia, eso sí, a plazos, y Batasuna, que la asumía, citaba expresamente a Euskal Herria, es decir, incluyendo Navarra.
Con estos consensos básicos establecidos, el siguiente paso fue habilitar los cauces legales para iniciar la negociación o, mejor dicho, deshabilitar los topes legales y políticos que la impedían, y que se concretaban en la Ley de Partidos y en el Pacto contra el Terrorismo y por las Libertades. Soslayando la primera y permitiendo que la Izquierda Abertzale obtuviese representación en el Parlamento Vasco, en las elecciones de Abril de 2.005, se cumplimentaba una de las exigencias del texto de Eguiguren, cual era que, en la mesa de negociación política, era imprescindible ?la ponderación del voto de los presentes en base a los resultados electorales?. Otro de los requisitos del modelo de Eguiguren era que ?el diálogo político para ampliar consensos y la participación en ese diálogo requiere, además del mandato democrático para ello, la utilización de métodos exclusivamente pacíficos y el respeto demostrado al proceso democrático? y con la resolución del Congreso de los Diputados de fecha 17.05.2005, sobre el final dialogado de la violencia, se habilitaba no sólo un cauce legal para la negociación sino que se creaba ese ?mandato democrático? y, a la vez, se hacía saltar por los aires el pacto PP-PSOE de defensa del orden jurídico-político, frente a los que pretendían su modificación, razón por la que, a comienzos de Julio de 2005, el Secretario General del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, manifestaba en el Gara, el 2 de julio de 2005 que ?si el PSOE gestiona adecuadamente la resolución del Congreso, podrían producirse pasos progresivos y recíprocos de ETA?.
El se?uelo era nuevamente agitado por Pernando Barrena, en Agosto de 2.005, en un acto político desarrollado en Bilbao, que formulaba una propuesta dirigida al Presidente del Gobierno espa?ol, instándole a que ?se sacudiese la presión del PP y de la derecha, dejase las viejas recetas y jugase con valentía, como hizo el laborismo?, propuesta sobre la que como recogió toda la prensa el 27 de agosto de 2005 ?sabemos que no es una tarea fácil y sabemos que necesitará contrapartidas, pídalas, pídalas?.
En Marzo de 2.006 a través de un comunicado de ETA que, como aseguró el periodista Florencio Domínguez, incluía la cuestión de Navarra en la medida en que se?alaba como objetivo superar ?el actual marco de negación, partición e imposición hay que construir un marco democrático para Euskal Herria?, es decir, la reivindicación territorial inclusiva de Navarra.
De cara al proceso de negociación, la revista Goiz Argi analizaba en agosto de 2006 el documento titulado ?la izquierda abertzale y el proceso democrático? donde se manifestaba:
?Es necesario ser firmes en los principios y hay que marcar claramente cuáles son los mínimos democráticos para un acuerdo (Autodeterminación y Territorialidad). La izquierda abertzale debe distinguir claramente e identificar por un lado cuáles son los temas en los que es imposible dar un paso atrás (los mínimos democráticos) y por otro lado cuáles son los temas en los que se puede jugar con flexibilidad (acordar fórmulas de aplicación de esos derechos básicos).?
?En términos generales podemos decir que pretender cerrar en falso la situación sin dar una respuesta correcta a las claves del conflicto, es decir, a la Autodeterminación y a la Territorialidad, no acarrearía nada más que la prolongación del propio conflicto y la reapertura del enfrentamiento.?
La portada del Gara de 27 de abril de 2007 relata que desde junio de 2006 y hasta marzo de 2007, la izquierda abertzale mantuvo 22 reuniones con el PNV, ya de forma bilateral, ya junto a representantes del PSOE.
Se acomodaron en un primer momento a la filosofía evolutiva de Eguiguren según la cual se puede negociar y acordar sobre cualquier tema, siempre que la puesta en práctica de lo acordado se produzca por etapas. Ahora bien ETA considera sus objetivos innegociables y está dispuesta a negociar sólo el pago a plazos, esto es, las ?fórmulas de aplicación de esos derechos básicos?, entre los que, evidentemente, no puede faltar la ?territorialidad?, en concreto, Navarra.
Tres meses después del gesto de ETA, el Presidente del Gobierno, a finales de Junio de 2.006, manifestaba su compromiso de respetar la libre decisión de los ciudadanos vascos, con respeto a la pluralidad y a la legalidad y ETA continuaba reivindicando Navarra en sus comunicados y documentos internos, y es de suponer que Batasuna lo mismo en sus contactos con PNV y PSE.
Eguiguren pone Navarra encima de la mesa
En el libro, Eguiguren apuesta por ?respetar? los procedimientos previstos en el Amejoramiento del Fuero de Navarra. Literalmente dice: ?la aplicación de los acuerdos y decisiones políticas adoptadas a lo largo de todo el proceso se deberá llevar a cabo siguiendo los procedimientos previstos en el Estatuto de Gernika, la Ley de Reintegración y Amejoramiento del Fuero de Navarra y la Constitución Espa?ola de 1978?.
Un a?o más tarde, en noviembre de 2004, la ?Propuesta de Anoeta? incluía los ?marcos transitorios? utilizando terminología calcada de Eguiguren, el cual contiene, a su vez, reminiscencias del Acuerdo de Lizarra.
Navarra estaba en el planteamiento de Eguiguren antes de que el PSOE alcanzase el poder pues no hay que olvidar que el libro se publicó a finales de 2003, fecha en la que un tripartito de ?izquierdas y nacionalista? desbancó de la Generalitat a CiU, convirtiéndose en un modelo posible para el escenario vasco-navarro.
No podemos olvidar que el propio Eguiguren con Arnaldo Otegui se habrían mostrado de acuerdo en promover la conformación de un órgano entre el País Vasco y Navarra que comparta materias y competencias comunes, como fórmula de colaboración que allane el camino hacia la futura integración de la comunidad foral en Euskadi. Una consulta popular conjunta -no vinculante, pero sí decisiva- en toda Euskal Herria (las tres provincias vascas, Navarra y los tres territorios franceses) se encargaría de refrendar la existencia de la nación vasca, previo reconocimiento por parte del Gobierno. Ello sin perjuicio de las reformas del Estatuto vasco y del Amejoramiento del Fuero navarro, iniciativas que corresponderían a los respectivos Parlamentos y que acompasarían medidas complementarias, algo que podría ocurrir ya a partir de 2007, si el Partido Socialista de Navarra (PSN) logra sumar mayoría y constituir con el nacionalismo un Gobierno alternativo al actual de UPN.
Según publico el diario ABC, el 14 de abril del 2006, información confirmada después por otros medios de comunicación, ?ambos portavoces habrían dado por hecho que el avance del proceso llevará a la coalición a las urnas el a?o que viene (en la versión que sea). Además, habrían concluido que la llamada ?Dieta vasco-navarra? y la consulta popular, por un lado, responderían a la exigencia de ETA y de Batasuna de satisfacer el ?derecho de todo el pueblo vasco a decidir libremente?; es decir, el territorio y la autodeterminación.?
Después de ver la filosofía del presidente del PSE y su aceptación por parte de ETA y Batasuna es increíble oír al hipócrita de Patxi López decir que ?se descarta un pacto con el PNV mientras mantenga una hoja de ruta que divide a la sociedad vasca?. Tenemos aquí en cuenta que hipócrita es el que actúa con hipocresía mientras que hipocresía es el sentimiento contrario a los que verdaderamente se tienen. Si el se?or López no es hipócrita sobra en el PSE mientras este Eguiguren, su presidente, y si se queda y es que acepta lo que se plasma en el epílogo de su libro y más teniendo en cuenta que llegaron de la mano a la dirección socialista vasca en el 2002.
"Bases para un arreglo"
1. Objetivos
La forma de superar la situación de tragedia y sufrimiento que padece la sociedad vasca es el consenso de las distintas tradiciones políticas que integran el pluralismo vasco.
2. Violencia
El objetivo de un futuro acordado y pacífico implica necesariamente un final permanente del uso de la violencia o del apoyo a ella.
3. Referéndum
El derecho a decidir nuestro futuro, libre y democráticamente deberá ejercerse, por tanto, con el acuerdo y consentimiento de todos los componentes de nuestra sociedad, respetando los métodos democráticos, las reglas de juego y los derechos y libertades del ciudadano.
4. Mesa de partidos
El diálogo multipartidista estará basado en los principios de consenso y respeto al pluralismo político que inspiran todo el proceso. Sin otras condiciones y límites, los distintos partidos podrán realizar los legítimos planteamientos que libremente consideren.
Para adaptar los acuerdos a la legislación o competencias del Estado, se procederá al pacto y a la concertación entre las instituciones afectadas para adecuar o introducir las modificaciones necesarias que hagan compatibles la legislación general y los nuevos acuerdos. La aplicación de los acuerdos y decisiones políticas adoptadas a lo largo de todo el proceso se deberá llevar a cabo siguiendo los procedimientos previstos en el Estatuto de Guernica, la ley de Reintegración y Amejoramiento del Fuero de Navarra y la Constitución Espa?ola de 1978.
Si la trascendencia del acuerdo o acuerdos lo hace necesario, se procederá a su ratificación mediante referéndum, que si afecta a cuestiones esenciales del sistema político, deberá tener un resultado positivo en cada uno de los ámbitos territoriales a que afecte.
Autodeterminación. Los acuerdos no podrán ser sometidos a limitaciones preestablecidas. Por tanto, es inevitable establecer distintas fases. Desde el mantenimiento sin modificaciones del status quo a la reforma y alteración de los marcos dentro de los procedimientos ordinarios, hasta el caso extremo de incluir el recurso a métodos de carácter extraordinario como los representados por una consulta que puede afectar al propio vínculo con el Estado.
El reconocimiento de la autodeterminación, en la medida que afecta al conjunto del Estado, necesitaría la previa concertación. Hay diversos mecanismos: desde la admisión de facto del principio a la inclusión legislativa o constitucional, o el recuso a las particularidades contenidas por la propia Constitución con respecto a los territorios forales en su Disposición Adicional y sus Disposiciones Derogatorias. Ello facilitaría el proceso, evitando complejos mecanismos de reforma constitucional.
El ejercicio de la autodeterminación en ningún caso podrá llevarse a cabo de forma inmediata. Tendrá que ser posterior a la culminación de todo el proceso de paz, incluyendo el tiempo necesario para que se hayan curado las heridas.
5. Mesa Gobierno-ETA
Paralelamente al proceso de diálogo, deberán ponerse en marcha los mecanismo necesarios para avanzar en las cuestiones de desaparición de cualquier organización armada, tratamiento de las personas en prisión o con causas judiciales pendientes.
El acercamiento y agrupamiento de los presos es una cuestión a aplicar prácticamente desde el inicio.
Se aprobaría, en el caso de que fuese necesario, una normativa legal para hacer posible estas medidas \[sobre condenado o con causas judiciales\] sin burla de ley ni ofensa a las víctimas.
6. Superar bloqueos
La pasividad o el desacierto sobre desarme y presos pueden bloquear el proceso. Los poderes del Estado y la organización afectada \[ETA\] deberán establecer los interlocutores adecuados.