El TS cree que el crimen de un policía fue delito de lesiones al darle la bala ?de rebote?
EUROPA PRESS. MADRID.
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) decretó reducir en 17 a?os y medio la pena a un hombre que en 2004 se fugó de los juzgados de El Prat de Llobregat (Barcelona) en compa?ía de otro detenido tras matar de un tiro al policía nacional que les custodiaba. Ahora el Alto Tribunal le absuelve del delito de homicidio al considerar que la bala que mató al agente -al que le robaron la pistola- le alcanzó en el cuello ?de rebote?.
El Supremo explica que ?si el proyectil hubiera impactado a éste en una parte distinta del cuello, la acción habría sido calificada de delito de lesiones?. En apoyo de esta afirmación, la sentencia -de la que ha sido ponente el magistrado Perfecto Andrés- cita la propia jurisprudencia de la Sala, que en 1995 resolvió de la misma manera un caso similar.
?La lesión padecida por el agente fue consecuencia muy indirecta de uno de los disparos, y, así, no puede decirse animada por esa clase de dolo?, a?ade el TS, que, no obstante, estima que el acusado Julio N. debería haber previsto ?el carácter incontrolable de la trayectoria de un proyectil?.
Por ello, el Tribunal Supremo ha absuelto a Julio N. del delito de homicidio en grado de tentativa y le condena como autor de un delito de lesiones causadas por imprudencia grave a la pena de seis meses de prisión. De este modo, el delincuente verá reducida en 17 a?os y medio la pena que le impuso en enero la Audiencia de Barcelona, que le condenó a un total de 37 a?os por la infracción también de otra serie de delitos por la misma causa.
Por lo demás, el Alto Tribunal confirma el resto de pronunciamientos de la Audiencia de Barcelona, que también condenó a 18 a?os y medio al otro preso que se fugó de los juzgados, y además declaró al Estado responsable civil subsidiario porque la seguridad de los calabozos era insuficiente.
El Estado deberá indemnizar
Por ello, obliga al Estado a hacerse cargo de las indemnizaciones que deberá recibir la familia de la víctima. La Sección Séptima tuvo en cuenta que la titular patrimonial del edificio donde ocurrió el crimen es la Generalitat, pero recuerda que la función de impartir justicia es titularidad del Estado.
El Tribunal explicó, además, que la custodia de los detenidos correspondía a la Policía Nacional, ?cuya dependencia del Estado resulta incuestionable?. En este sentido, se?aló que el policía al mando en la comisaría de El Prat ?infringió las normas y directrices que regulan el traslado y custodia de detenidos?, al encargar la vigilancia de tres presos a una sola dotación policial, ?la cual por falta de medios personales no pudo evitar el plan de fuga ideado por los procesados?.
Pocos agentes
Para la Sección Séptima, ?si el número de agentes de policía de los calabozos de El Prat de Llobregat el día de autos hubiera sido el necesario para garantizar la seguridad de la custodia, evitando la fuga y la agresión al agente, los hechos no se habrían producido, pues los procesados no sólo no hubieran podido reducir al agente fallecido, sino que no lo hubiesen intentado, por resultar imposible la fuga?.
Los hechos se remontan a las dos de la tarde del 24 de mayo de 2004, cuando los dos acusados se hallaban en los calabozos de los juzgados de El Prat, situados en la calle Narcís Monturiol, tras haber pasado a disposición del juez de guardia, que les había notificado su ingreso en prisión para cumplir penas pendientes.
Según declaró probado la sentencia de la Audiencia de Barcelona, el policía estaba solo en el calabozo con los procesados, ya que su compa?ero se había desplazado con un detenido por violencia doméstica al juzgado de guardia.
Los delincuentes aprovecharon la situación ?para poner en práctica un plan de fuga?, se abalanzaron sobre el agente fallecido y, tras forcejear con él y golpearle, le arrebataron el arma reglamentaria, con la que Julio N. le disparó mortalmente por la espalda.
Los dos fugados salieron entonces a la calle, donde Julio N. disparó siete tiros contra otro policía, compa?ero de la víctima, e hirió a un hombre que se había escondido entre dos coches. Acto seguido, los procesados huyeron en un vehículo que robaron a punta de pistola.