Autor Tema: La opinión de un ciudadano de la calle  (Leído 428143 veces)

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3900 en: 10 de Junio de 2020, 07:16:41 am »

¿Que los policías son tontos? ¡Pues anda que tú!

Denigrar a la policía en su conjunto por el comportamiento de un solo agente señala la autocomplacencia de las sociedades acomodadas

Autor
Alberto Olmos

10/06/2020 05:00

Como le sucede a cualquier persona honrada, la policía me da bastante miedo. Al no haber hecho nada malo en toda mi vida, no digamos ya constitutivo de delito, si se dirige a mí un policía pongo invariablemente cara de culpabilidad. Desconozco el código, las maneras, el truco de ese mundo criminal contra el que luchan. Decían en 'Sospechosos habituales' (Bryan Singer, 1995) que los culpables son los únicos que duermen plácidamente en la celda cuando les detienen un par de noches, porque ellos sí saben lo que han hecho. Si no has hecho nada, no pegas ojo.

Vivimos días en los que todo el mundo tiene algo que decir sobre la policía, y también el Sr. Chinarro nos ha regalado su opinión. El cantante sevillano ha declarado que siempre era “el más tonto de la clase el que quería ser policía”, lo cual no quiere decir exactamente que para él todos los policías sean tontos; quiere decir en realidad que él, Antonio Rubio, es buena persona, porque habla mal de la policía. Nos conocemos tanto que resultamos aburridísimos.

Sí, amigos, toca ahora 'all cops are bastards, fuck the police', y cualquier cosa que deje claro a los demás que no nos gusta que los policías de Estados Unidos maten personas negras desarmadas e inocentes. Es curioso esto: que uno crea necesario despejar dudas en público acerca de lo que le parece que los policías maten personas negras desarmadas e inocentes. Antes había una cosa increíble que se llamaba ética, que impedía por consenso moral que la gente tuviera que decir todo el tiempo todo tipo de obviedades. Ahora, como no hay ética, tienes que manifestarte a todas horas a favor o en contra de sucesos sobre los que, en rigor, a nadie le importa lo que opinas.

Pan Bendito

El caso es que la simpleza del, por otro lado, excelente compositor que es el Sr. Chinarro me ha recordado la canción 'Perfil blanco payo', del grupo de rap La Excepción, surgido en Pan Bendito (Madrid). Es muy probable que los raperos de barrio sepan algo más sobre policías que los cantautores 'indie'. Saben, por ejemplo, que muchas veces a policía no se mete el más tonto de la clase sino el más pobre, marginado o desamparado. En 'Perfil blanco payo' se cuenta la historia de un chico de Pan Bendito que lo pasaba mal. “Agarrado al brazo de tu madre, no salías a la calle”, “los niños gitanos te tenían manía”, “esta es la mía, yo de mayor quiero ser policía”, relatan sus versos. O en palabras del Langui: “Esos que han crecido con vosotros, al lado, son vecinos, los conocéis, y de repente de mayores se han hecho policías”. Así, en esta postal urbana, es el propio hijo del barrio el que vuelve a sus calles con la placa y la pistola a vengarse de los que le maltrataron de niño. La única reproducción de esta canción que he encontrado en la red (no sé por qué, 'Perfil blanco payo' no está en Spotify ni hay vídeo oficial en YouTube) procede de un directo, y antes de ponerse con ella, el Langui la introduce diciendo: “No queremos meter a todos en el mismo saco...”. Es todo un detalle de nobleza por su parte, la verdad.

'Perfil blanco payo'

Porque vivimos tiempos de meter a todos en el mismo saco, para bien o para mal, aunque ese 'para bien' sea también para mal, pues dejamos sin crítica o fiscalización muchos comportamientos deshonrosos en profesiones que consideramos angelicales. Así, los policías y los curas son malos, y los profesores y los médicos son buenos. Lo que la ensayista italiana Michela Murgia llama “responsabilidad comunicante” solo funciona en los dos primeros grupos, de modo que si uno o mil policías matan a un inocente en Estados Unidos, toda la policía en todo el planeta Tierra es asesina de inocentes, y si un cura o mil curas violan a un niño, todos los curas son violadores de niños. Sin embargo, también hay numerosos casos de abusos sexuales de profesores a alumnos (el que narra James Rodhes en 'Instrumental' es de estos, sin ir más lejos), y nadie dice por ello que todos los profesores sean violadores. Tampoco el ángel de la muerte recurrente en los hospitales (ese enfermero o enfermera que mata sibilinamente a decenas de ancianos hasta que es descubierto) nos hace decir que todos los enfermeros sean asesinos en serie.

Al hablar mal de la policía, la gente da por hecho que la policía es una especie de etnia maligna, raza cruel o familia tóxica que obviamente no necesitamos, y cuya extinción es incluso deseable. Una plaga. No, amigos. Merece la pena recordar que la policía es un 'oficio público', como se llama desde la Edad Media a todos esos trabajos esenciales para nuestro funcionamiento como sociedad. Necesitamos policías, bomberos, médicos o barrenderos. A nadie se le ocurriría despreciar a los bomberos, así en general, pues todos entendemos que los bomberos, esencialmente, están de nuestra parte. La policía, también esencialmente (es decir, por el mismo hecho de existir), está de nuestra parte.

A nadie se le ocurriría despreciar a los bomberos, así en general, pues todos entendemos que, esencialmente, están de nuestra parte

Decía el escritor Ricardo Piglia, al hablar sobre el origen del relato policial, que este debía haberse producido necesariamente después de la creación de Scotland Yard, en 1829. Fue la primera policía moderna, es decir (y siguiendo a Piglia), la primera que no conseguía culpables en virtud de confesiones, sino gracias a las pruebas. Esto quiere decir también que antes la labor policial podía tener mucho que ver con sacar a golpes o mediante torturas la deseada confesión, pero ya desde hace dos siglos la fuerza bruta dejó paso a la pesquisa, los informes, la inteligencia y la tecnología como 'modus operandi' de la pasma.

Es un poco triste tener que recordar que si la asesina del Pescaíto está en la cárcel, se debe a la policía; que si el cuerpo de Diana Quer ha podido ser enterrado y su asesino detenido, se debe a la policía; que si la Manada está en prisión, se debe a las pruebas reunidas por la policía, y que si aquel violador de niñas chinas cayó en manos de la Justicia, se debió a un trabajo complejísimo y extenuante de la policía. No sé si la policía está llena de hombres y mujeres que fueron “los más tontos de la clase”, pero parece que el uniforme o algo en los donuts les vuelve bastante listos. Es a esta misma policía que denigras a la que vas a llamar cuando tengas un problema de verdad, majo. En todo caso, la infantilización dominante hace que todo lo que funciona lo demos por descontado, como si no tuviera mérito ni recorrido estructural, mientras que cualquier grieta en la convivencia o el bienestar nos resulta escandalosa, y la generalizamos para disfrutar de la ficción de un horror incomparable.

Recordemos también que la policía lleva 13 años buscando a Madeleine McCann, la niña que fue secuestrada en Praia de Luz en Portugal cuando contaba tres años. No sé muy bien por qué la policía debe cargar con la imagen que de ella da un agente que un día mata a una persona inocente y no con la imagen que da luchar contra el secuestro, asesinato y violación de niños todos los días del año y todos los años y todo el tiempo. La gente es incapaz de entender que el sentido mismo de la existencia de la policía se encuentra justamente en que resulta imposible librarse de los asesinos ni aun dentro del propio cuerpo policial. Que haya policías corruptos, policías traficantes, policías asesinos y policías violadores es también el motivo de que necesitemos a la policía.

Pero todo esto da completamente igual (el sentido común da completamente igual), pues millones de personas que ayer parecían vivir exclusivamente para erradicar el coronavirus y antes de ayer para erradicar el machismo y poco antes para acabar con el cambio climático y un poco antes para desterrar la transfobia del mundo (sin mucho éxito en ningún caso, debo decir), hoy van a acabar con la violencia policial, siempre y cuando haya cámaras de televisión que registren su lucha, y el eslogan y las pegatinas sean bonitas y no surja otra causa noble aún más molona pasado mañana, a la que se apuntarán instantáneamente, como es lógico.

Es muy fácil saber quién no tiene en realidad lucha alguna: aquel que las lucha todas.



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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3902 en: 14 de Junio de 2020, 16:35:10 pm »

¿Policía asesina en Europa? Privilegiados indignados en Madrid y la realidad


Retrato de la policía en la aldea global: de EEUU a México, Etiopía, Egipto o Tailandia

16'
JAVIER BRANDOLI. ROMACONTACT
13/06/2020 18:15 ACTUALIZADO: 13/06/2020 18:38
Una peculiaridad que veo ahora en los europeos, tras vivir 10 años fuera, es la de imitar los miedos y odios ajenos. Las ideas y sociedades del viejo continente son siempre presuntas culpables, de todo, hasta de las muertes de los otros. Sus valores no son suficientemente fiables sin la certeza de poder demolerlos. “A los occidentales os gusta teorizar sobre todo. En China somos más prácticos”, que me dijo una colega china en México. Tan débiles, tan obsesionados con mimetizar todo, tan deseosos de planificar una emocionante revolución bajo el aire acondicionado del metro, que los europeos están demoliendo un estado de bienestar que funciona razonablemente bien, pese a injusticias y defectos, para emprender una travesía en el desierto por los extremos.


En Madrid, Barcelona, Roma, Londres, Bruselas… se han producido manifestaciones el domingo pasado en contra del racismo en el que algunos manifestantes han coreado mensajes de “policía asesina”. El eslogan viene importado de Mineápolis como se importan las hamburguesas del Mc Donalds. ¿Qué Policía es asesina? Hay muchas cosas que se aprenden viviendo y viajando por diversos lugares, por simple comparación, sin necesidad de reflexionar más nada que no sea salir a la calle. Una de ellas es que en España, es extensible a casi toda Europa, la Policía es extremadamente fiable. Cuando se aterriza en Madrid o en Roma, y se viene de determinados países, una de las novedades es sentirse seguro si se ve un agente. La diferencia no es sólo que la mayoría de agentes son fiables y honestos, es que los que no lo son los depura el mismo sistema. El sistema es lo fiable, luego vienen las personas. ¿Fallos? Algunos, muy pocos.

Hay muchos países del mundo donde algunos agentes protegen y otros extorsionan, roban, matan… Nada es un 100% en estas afirmaciones, nunca, pero el grado de corrupción es tan profundo que lo único que a veces pueden hacer los policías honrados es no participar de las corruptelas. No matan en estos países a George Floyd, un estadounidense cuyas imágenes de su muerte estremecen, sino que sus delitos son con tanta rutina que los indignados manifestantes de la aldea global por la muerte del afroamericano les importa un carajo por una doble máxima de la globalización: no sale en la pantalla de sus teléfonos móviles y si sale es complicado colocar el país en el mapa.


Siete cuerpos desmembrados y un Madrid lleno de bombas: relato de la violencia global
Javier Brandoli

Polinarcos mexicanos

“Ayúdeme a ayudarle” era una de esas enrevesadas frases de la Policía de México cuando pedía mordidas. No es un problema sólo endémico, es sencillamente inabarcable e impune. Claro que hay también agentes honrados, pero es el sistema el que en el global está podrido. Va desde los agentes que uno podía ver cobrando descaradamente mordidas a los aparcacoches de las zonas de marcha de Ciudad de México, hasta los secuestros y asesinatos por policías que trabajaban para células criminales. El crimen en México tiene cifras indigeribles. En 2019, hubo 35.588 muertos y se alcanzaron los 61.000 desaparecidos en el país al sur de Estados Unidos. La Policía es responsable de una parte de esa monumental cifra (también de los muchos crímenes que agentes honestos evitan). ¿Alguna manifestación en Europa en este sentido? ¿La Policía mexicana es comparable a la Policía europea? ¿La de Estados Unidos sí lo es?

“'Es mejor vivir aquí que perder la vida', dice Néstor Gómez. Lo dice bajo una lona de plástico, sin apenas comida ni medicinas, rodeado de refugiados, entre ellos ancianos y niños, que viven en medio del campo desde hace meses cuando empezaron los ataques, los disparos, las quemas de las casas, las tomas de tierras, la muerte y los partos en medio del monte de mujeres embarazadas que apenas tuvieron tiempo de tomar a sus otros hijos y llevarlos a esconderse a las montañas”. Ese fue el inicio del último largo reportaje de violencia que hice en México, mediados de 2018. Cientos de desplazados vivían desde hacía meses ocultos en diversos puntos de las montañas de los Altos de Chiapas, entre los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán, por ataques que en ocasiones protagonizaban policías municipales y paramilitares.

Europa es un privilegio en muchas cosas y la policía es una de ellas.

Lo que encontré allí era un escenario de refugiados de guerra. Niños y ancianos atemorizados, durmiendo bajo una lona en el campo a la intemperie. A unos kilómetros visité sus casas quemadas y llenas de disparos de balas de alto calibre. No es que la Policía no hiciera nada para ayudar a las víctimas, es que la Policía Municipal formaba parte del pelotón de verdugos.


El poeta Javier Siclia, el hombre que más gente ha movilizado en el país en contra de la violencia con su Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad tras el asesinato de su hijo (2011), me contó en Cuernavaca que buscando desaparecidos se encontraron con "una fosa con cientos de muertos en un cementerio. Encima habían colocado tumbas normales”. Esos muertos eran muertos de la fiscalía estatal que enterraba allí sus “deslices”. Hay decenas de fosas iguales.


Un campamento de refugiados en Chiapas (Javier Brandoli)
En 2015, escribí una pieza que se tituló “La impune tortura policial en México”. El artículo señalaba que en 2013 hubo 1.515 denuncias por actuaciones ilegales de agentes y se abrieron sólo 13 investigaciones. Daba un dato aún más clarificador de Amnistía Internacional: “El 64% de los mexicanos tienen miedo a ser torturados si son detenidos”.

Es complicado enjuiciar a la Policía mexicana en determinadas zonas donde la violencia del narco es aterradora. El país con la gente más cálida y generosa en el que he vivido tiene un demonio dentro que se alimenta de la carencia de estado de derecho. En 2019, el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el populista mexicano que prometió pacificar el país, se ha alcanzado el récord de 35.588 homicidios. El presidente, en medio de este drama apareció en un video saludando calurosamente a la madre del narcotraficante más famoso, El Chapo Guzmán, el pasado 30 de marzo. La escena, como simbólica, era demoledora. El jefe máximo del país, del Ejército y la Policía, se acercaba a saludar a la madre del mayor narco, culpable de miles de muertes, y se iba del brazo de su abogado.

Tailandia y su polisex
En Bangkok la sensación que se tiene es que todo está en venta. La ciudad es una especie de gran bazar de las perversiones donde uno puede ir a sentir por la mañana la espiritualidad de los templos budistas y por la noche pagar por ver a jóvenes que maquillan para que parezcan niñas mientras se desnudan en una jaula con un número pegado en su ropa interior. Tailandia es ese país extraño donde uno se levanta en el cine a escuchar el himno o tiene prohibido criticar bajo pena de cárcel a un rey que la cuarentena de la pandemia la ha pasado con 20 concubinas en un hotel de lujo en los Alpes. Su policía encaja perfectamente en ese ecosistema.

“La Policía aquí es muy corrupta. Tener cuidado al pasar la frontera a Camboya y al retornar de Laos (hacíamos un largo viaje por tierra en la zona). Algunas veces plantan droga en las maletas o bolsas y es muy peligroso”, nos decía una amiga tailandesa que nos alojó en su casa y que quizá tenía un exceso de celo de convertir lo casual en norma. La corrupción policial, en todo caso, no se mide con los turistas, cuyos casos siempre hacen mucho ruido en los medios, sino con la población local. Un occidental muerto un día es noticia en cualquier lugar en el que cada día pueden morir 50 locales sin que se altere nada. Los agentes lo saben.



Una vendedora de cerveza en Bngkok (J.B)
Una noche salimos con nuestra amiga y su novio por los barrios sexuales de Bangkok, Soi Cowboy y días después Pat Pong. El ambiente es cutre, indigesto, lleno de tipos borrachos de este turismo del sudeste asiático masivo en el que cuatro generaciones disfrutan a la vez de drogarse y excitarse en low cost. “Los agentes se ponen ahí fuera para hacer controles de droga y luego piden mordidas. Si no pagas puedes acabar en la cárcel. Además, la Policía está relacionada con muchos de los dueños de estos locales donde hay chicas que traen del campo, sin cultura, y las ponen a trabajar casi a la fuerza. Los burdeles pagan sobornos a los agentes”, explicaba ella. Algunos grandes medios internacionales han hecho reportajes sobre esto.

El informe de la organización GAN Anti-Corruption señala sobre la policía tailandesa: “La corrupción de la Policía es generalizada. Cuatro de cada cinco tailandeses creen que la mayoría o totalidad de sus agentes son corruptos y que la Policía es la institución más corrupta del país”.

Un Ak-47 en el estómago
En Mozambique la impunidad y corrupción policial era lacerante. Una noche, a la una de la madrugada, íbamos mi amigo portugués José y yo en un taxi por Maputo, en la concurrida Avenida Julius Nyerere cuando nos paró un control policial de la policía militar. Los soldados, armados, empezaron a pedirnos papeles. Encontraron un estúpido problema en la residencia de José, que tenía una carta sellada a la espera de recibir el carnet que siempre tardaba porque en Inmigración faltaban las tarjetas, y empezó el baile. Esta vez estuvo feo porque el que ejercía de líder estaba violento y excitado y acabé con su AK-47 en mi estómago y su cara muy cerca cuando protesté por el dinero que imponían de multa a Jose (al cambio, unos 25 euros).

Esto es sólo un ejemplo de un país que recorrí repetidamente de norte a sur y donde los intentos de “asalto” policiales eran frecuentes. No maximicen el problema, era sólo incómodo, pero llenaría mucho más texto contando cosas normales y buenas que se vivían allí. A todo se aprende, y a pelear con la Policía también, y al final no parabas cuando te daban el stop, los mandabas a hacer puñetas al bajar la ventanilla o te morías de risa con ellos ante intentos de mordidas absurdos. Me han querido multar por llevar el brazo por fuera del coche, por llevar maletas de turistas cuando la tarjeta decía que el vehículo podía llevar nueve personas pero no especificaba nada de las maletas (organizaba también viajes en África) o por exceso de velocidad con un radar que, al acercarme, no funcionaba.

El dinero de los turistas protege mejor la naturaleza que tu ecologismo de salón
Javier Brandoli

Fallaba el sistema. Junto a mi pareja, afrontamos un juicio penal contra un esquizofrénico que la acosaba y nos amenazaba de muerte. Todo el proceso fue surrealista, incluso conseguir que lo internaran, para acabar sabiendo que lo habían soltado de nuevo sin cumplir la pena porque no podían alimentarlo en el siquiátrico.


La situación es tan caótica y normalizada entre la población que en 2017 el ministro del Interior, Basílio Monteiro, le pidió públicamente a sus agentes que “abandonaran los endémicos comportamientos incorrectos”. En 2018, la Procuradora General de la República, Beatriz Buchili, dijo que “no podemos continuar a registrar casos de colegas envueltos en casos de corrupción y otros grandes crímenes”, y anunció una política de investigación de sus propios agentes.

Etiopía y su espiral de muerte
Un ejemplo claro de esa violencia y mordidas institucionalizadas en el continente africano por los agentes, mal pagados y con la autoridad suficiente para compensar sus nóminas, es Etiopía. Tras un viaje desde Sudán a Kenia regado de paradas policiales, lo peor llegó al final, en la frontera de Moyale, donde casi acabamos detenidos. Era domingo, nos sellaron los pasaportes de salida con celeridad y al ir después a hacer el papel de la aduana para el coche nos dijeron que al ser festivo el agente estaba descansando y estaba cerrado. Por supuesto, había la opción generosa de pagando un dinero conseguir que el policía viniera. Éramos ilegales para volver atrás y a la vez no podíamos sacar nuestro vehículo e ir adelante. La bronca fue descomunal, estuvimos a punto de llegar las manos y dos horas y cientos de gritos después, el agente apareció tras negociar una rebaja en la tarifa con su compinche. Genera una impotencia enorme sentirte robado por un policía.


Etiopía, cerca de la frontera con Kenia (J.B.)
No es nuevo, es un problema estructural. Un informe de 2017 del Anti-Corruption Resource Centre, señala que “la Policía etíope actúa por su cuenta y con impunidad. Durante el reciente estado de emergencia, un cuerpo ejecutivo llamado Command Post, administró la seguridad con amplios poderes, incluida la capacidad de detener personas. Los detenidos, incluidos niños, fueron incomunicados y los investigadores policiales usaron el abuso físico y psicológico”. El informe se basa en una investigación del Departamento de Estado de EEUU y concluye asegurando que “la corrupción dentro de la Policía se percibe como desenfrenada y la solicitud de sobornos generalizada. Las empresas deben pagar a los policías para que los protejan”.

En las recientes protestas de octubre de 2019 vividas en la región de Oromia, la Policía mató al menos a 75 personas, asegura Al Jazeera. Es algo que se repite, cada cierto tiempo, como en las protestas de 2016 donde se habla de al menos 90 fallecidos por la intervención de las fuerzas de seguridad, o en 2015, donde la cifra oficial habla de 72 decesos.


Gondar, Etiopía (J.B.)
En la corrupción policial africana hay de todo, claro, países mejores y peores, pero según un estudio de Transparency.Org sobre porcentaje de población que paga mordidas a policías en el África subsahariana, en República Democrática del Congo alcanza el 75% de la población; Guinea, 61%; Benin, 52%; Uganda, 49%; Kenia, 48% y Nigeria, 47%. Hay también países con cifras mejores, entendiendo que pagar mordidas a la Policía sólo tiene una cifra buena que es el 0%, como Cabo Verde con un 3%; Mali, 5% y Botsuana, 7%.


En mi experiencia debo decir que en cinco años de vivir y recorrer diversas partes de África tuve un intento de robo sin gravedad en Lusaka, Zambia, por ciudadanos normales, y decenas de intentos de robo o soborno de todo tipo de fuerzas de seguridad de muchos países.

Egipto y la tortura de Giulio Regeni
El país nos recibió con un bofetón de corrupción policial al entrar con el coche por el puerto de Damietta y nos despidió con otro en el embarcarlo en Asuán camino de Sudán. ¿Y en las semanas del medio? Corrupción por todas partes.

En una ocasión, en medio del país, acabamos sin gasolina en un momento en el que había desabasto por el cercano golpe de estado de Al Sisi. Unos militares a los que preguntamos se ofrecieron a acompañarnos a conseguir diesel. Nos llevaron hasta una casa en medio de la nada de la que salió un anciano. Los amables soldados, que hablaron con el tipo que sacó varias garrafas y nos llenó el depósito, nos pidieron el dinero para hacer el pago. Se lo dimos y mientras arrancábamos para irnos vimos como daban un empujón al anciano y se quedaban el dinero con gesto desafiante. Nos usaron para robar al hombre. Cuando preguntamos si había algún problema, nos hicieron gestos de que nos marcháramos entre sonrisas y el silencio de la víctima. No habían robado a unos turistas, habían robado a un compatriota. El anciano tenía los ojos rojizos de rabia.


El Cairo (J.B.)
El descaro y agresividad del abuso policial en Egipto nos llamó la atención. Dos años después de ese viaje pasaba el caso del italiano Giulio Regeni, un estudiante que para su tesis investigaba sindicatos independientes y la economía informal (un tema polémico en Egipto), y cuyo cuerpo sin vida apareció en una cuneta de la autopista con claros signos de tortura.

Conozco a personas que trataron en El Cairo con Giulio, incluso que investigaron allí lo ocurrido. Parece evidente que fue detenido y torturado por los servicios de inteligencia egipcios. La investigación ha sido una pantomima. Total impunidad y total indiferencia más allá del obligado teatro diplomático para un ejemplo de que la muerte de un occidental sirve al menos para levantar la alfombra de algo que es recurrente con los locales. Recuerdo en Asuán, justo antes de tomar el barco que nos llevaría a Sudán, a una joven recepcionista de nuestro hotel que al ver pasar un vehículo con militares nos dijo “esos son los culpables de que mucha gente desaparezca cada día, pero a nadie le importa”. Unos agentes similares a esos debieron detener a Giulio. Según un amplio informe realizado por Reuters, desde mediados de 2015 hasta abril de 2019, 460 personas fueron asesinadas en Egipto por las fuerzas de seguridad.


China, Estados Unidos, Rusia…
¿Se sentirían ustedes seguros si tuvieran un problema con policías de China, Estados Unidos o Rusia? ¿Más o menos seguros que en España? Los ejemplos del texto quizá les parecieron países muy desestructurados: africanos, latinoamericanos, sudeste asiático…. Es complicado encontrar una lista oficial por países de personas muertas a manos de la Policía. Las hay diversas. Casi todas señalan a Venezuela, El Salvador, Brasil, Estados Unidos, Filipinas, Siria, Sudáfrica, México, … como los países donde más personas mueren a manos de agentes. Hay una relación directa, claro, entre esas cifras y su propia delincuencia.

Para que usted esté seguro hay veces que alguien se mancha las manos. La clave es la proporción y legalidad de esos actos. Una multa es legal hasta que la cobra el agente. Un disparo debe ser el último recurso de un policía. España y Europa, en todas las listas consultadas, aparecen en el lado opuesto a esos países, en algunos casos con cero muertes a manos de agentes en 2019 y en 2020. Europa es un privilegio en muchas cosas y la policía es una de ellas. Ahí fuera, al otro lado de las pantallas de tantos teléfonos de manifestantes europeos del pasado domingo, es donde hace mucho frío. Es injusto mezclar ambas realidades. Es peligroso también.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3903 en: 15 de Junio de 2020, 00:06:53 am »
El que grita “asesina” a la Policía española es un auténtico descerebrado, de los cuales abundan en el podemismo.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3904 en: 15 de Junio de 2020, 07:08:15 am »
Suponiendo que lo fuesen realmente...


El día que aquellos policías se pasaron de listos


Fecha
15/06/20access_time 1:00

La policía tiene que ser especialmente ejemplar. La sociedad le otorga poderes tan notables como la posibilidad de restringir la libertad de las personas, el uso de armas de fuego, la capacidad de imponer sanciones… para que puedan lograr el mantenimiento del orden. Por eso mismo, deben ser extremadamente honrados y escrupulosos en el cumplimiento de su función.

En caso contrario, el daño es tremendo. Pero la cosa no es tan sencilla. Al menos por dos motivos: a) porque los policías son personas normales y corrientes, es decir, tienen su carácter, su particular biografía, sus filias y sus fobias, como cualquiera; y b) porque tienen que aguantar mucho, se topan con delincuentes, chorizos y sinvergüenzas que los ponen al límite.

Sin embargo, insisto, eso no puede llevarles a perder los estribos, a sobrepasarse en su trabajo. Hay que valorar que ponen en juego su integridad para que tu y yo estemos ahora en casa viviendo una vida apacible. Y que en su inmensa mayoría, diría yo, son profesionales íntegros y heroicos. Merecen un homenaje.

La pena es que cualquier borrón de uno de sus miembros, amparado en ese uniforme y esa placa, supone una afrenta para todo el Cuerpo. Sucede en Estados Unidos y sucede en nuestro país. Yo todavía recuerdo con impresión aquel suceso, que he contado alguna vez, que tuvo como protagonista a un amigo de Tenerife. Nunca lo olvidaré, tal fue el impacto que me produjo.

Regresaba aquel conocido del sur de la isla por la autopista que lleva a la capital, Santa Cruz de Tenerife. Estaba realizando un adelantamiento a varios coches que iban por el carril de la derecha a menor velocidad, cuando un automóvil se acercó por detrás y comenzó a darle las luces largas.

“Alguien que tiene muchísima prisa –pensó-. Ahora termino de adelantar y le dejo pasar”. Sin embargo, la operación no resultó tan sencilla: aquel coche le acosaba, seguía dándole las luces y se pegaba a su coche cada vez más. Tanto, que mi amigo se puso nervioso porque si frenaba se lo iban a tragar… ¡Qué impaciente y desconsiderado! Y en ese momento, hizo algo que no debía. Sacó el dedo anular y lo esgrimió en posición vertical mientras miraba por el retrovisor.

Para sorpresa de mi amigo, unos segundos después el coche de atrás sacó una sirena de esas portátiles y la fijó en el techo del vehículo: le estaban haciendo señas para que se detuviera en el arcén de la autopista. Mi amigo se había pasado, eso está claro, y ahora le tocaba dar explicaciones. Iba a pedir disculpas, a explicar la situación, pero no pudo.

Aparcó unos metros más adelante y, nada más poner el pie en el suelo y girarse para hablar con aquellos agentes de paisano, sintió un durísimo puñetazo en el rostro que lo lanzó hacia atrás hasta chocar contra el suelo con violencia. Quedó en shock. No entendía nada. Pero no pudo levantarse. Le llovieron las patadas y los golpes. Minutos después, escuchó cómo aquellos tipos se alejaban. Logró, con dificultad, llegar hasta su coche y regresar dolorido a casa.

Días después, un abogado le hizo desistir de la idea de presentar una denuncia. Prácticamente, no les había visto el rostro, no había testigos, y además, le dijo, los jueces suelen proteger a los policías.

¿Ven lo que les digo? Esto no puede pasar. Incidentes como este son los que manchan a todo un Cuerpo.

Más en twitter: @javierf

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3905 en: 15 de Junio de 2020, 08:39:18 am »
Esos no eran policías,  eran delincuentes con placa

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3906 en: 15 de Junio de 2020, 23:22:35 pm »
Esos no eran policías,  eran delincuentes con placa

Eso si no eran policías full.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3909 en: 19 de Junio de 2020, 11:30:15 am »

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3910 en: 19 de Junio de 2020, 15:16:19 pm »

Unos 200 vecinos logran desalojar a un «okupa» de un caserío de Güeñes


La presión vecinal logró que el individuo abandonada la vivienda sin detenciones ni heridos
EFE
Bilbao
Actualizado:
19/06/2020 10:17h

Más de 200 personas se concentraron anoche en el municipio vizcaíno de Güeñes ante un caserío que había sido ocupado horas antes por un hombre y la presión vecinal logró que el individuo abandonada la vivienda.

Según ha informado el departamento vasco de Seguridad, la concentración se inició por la tarde de este jueves ante un caserío de esa localidad y, ante los gritos y la presión de los congregados en el exterior, el ocupa abandonó la vivienda alrededor de las diez de la noche. No se registraron detenciones, si bien el individuo que había accedido al caserío fue identificado por los agentes.


La familia propietaria del caserío había sido informada de que una persona había entrado en su casa hacia las cinco de la tarde y a lo largo de la tarde vecinos de Güeñes se fueron congregando en el lugar movilizados a través de redes sociales, hasta superar las 200 personas que exigían a gritos y con pitidos al intruso que saliera de la vivienda.

Varias furgonetas de la Ertzaintza vigilaban la concentración y protegieron al individuo cuando, finalmente, salió de la casa entre los aplausos de los congregados. El desalojo se realizó sin detenciones ni heridos, si bien la Ertzaintza identificó al ocupa por si el propietario de vivienda decidiera más adelante interponer una denuncia.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3911 en: 21 de Junio de 2020, 17:31:37 pm »

Derecha española ¿patriota o traidora?


18/06/2020

España tiene la derecha menos patriótica del continente. Es, verbalmente, como todas las derechas, muy de arengar sobre la patria, sobre el honor, sobre el sacrificio, siempre adornando ese discurso de valentón vociferante con la parafernalia de la muerte honrosa y los caídos en la defensa de las tradiciones. Luego resulta que Abascal se libró, qué curioso, de hacer el servicio militar. La España que madruga no se libraba de la mili. En ese discurso de exaltación del martirio, se encuentran necesariamente con la iglesia católica, apostólica, romana y monárquica, siempre agradecida de que en España se le diera durante la dictadura, y después, el monopolio de la educación, dinero público, exenciones fiscales, libertad para escriturar inmuebles como propios y cobertura para sus desmanes pederastas. No hay reyes sin obispos, aunque puede haber obispos sin reyes. En Italia, la ausencia de reyes la compensaron negociando con la mafia. En España, la iglesia siempre ha perdonado los pecados de los reyes y de la derecha. Incluso santificó los cañones de la derecha que rompieron la patria y la anegaron de sangre.

La derecha española es la menos patriótica del continente porque viene de estar acostumbrada a robarle a España. Ahí están los casi mil imputados o condenados del Partido Popular por robar dinero público, ahí está el chiringuito que le montó Esperanza Aguirre a Abascal, ahí está los fraudes de la ley española de Rocío Monasterio con su inexistente título de arquitecta o el fraude de la ley española de Casado obtenido un máster de manera bien diferente a como lo obtiene, igualmente, la España que madruga.

La derecha catalana es también, al menos en eso, muy española, porque tampoco ha tenido ningún problema en robarle a Catalunya, cuando dice que la quiere tanto como la derecha ladrona española dice querer a España.


"Franco, otro referente de la derecha, trajo a la península a tropas moras, a las que además de pagar autorizó a que violaran a las mujeres republicanas, algo poco cristiano y nada honroso"
La derecha española tampoco es patriota en sus referencias. Les gustan los visigodos, pero fueron los visigodos los que llamaron a los bereberes para que invadieran la península. Entre ellos, nobles y obispos. A la derecha le gusta Don Pelayo (también a los reyes). Don Pelayo era, al parecer, un visigodo de la baja nobleza muy tramposo que se fue al norte para no pagar lo que le debía a sus señores árabes. Esa misma derecha saca a pasear al Cid campeador, que era un mercenario que mató a más cristianos que árabes y que tenía un sentido de la lealtad como el de las películas de mafiosos, eso sí, siempre igualmente muy cristiano y devoto.

La derecha española es muy poco patriótica y siempre ha llamado a extranjeros a que vinieran a matar españoles a cambio de dinero. Fernando VII llamó a los 100.000 hijos de San Luis, mercenarios y soldados franceses, para que acabaran con el Trienio Liberal y ahorcaran a Rafael de Riego. Franco, otro referente de la derecha, trajo a la península a tropas moras, a las que además de pagar autorizó a que violaran a las mujeres republicanas, algo poco cristiano y nada honroso. Porque las mujeres republicanas eran, además de españolas, seres humanos.

La derecha española fue la que regaló el suelo de la patria a los gringos, entregando la soberanía del suelo patrio a los Estados Unidos, permitiendo las bases norteamericanas que eran territorio extranjero en suelo nacional. Nunca la derecha ha pedido que se vayan las bases. Lo de ¡Bases fuera! era un grito patriótico de las izquierdas. A la derecha nunca le han molestado las bases. A lo mejor es porque en las afueras de las bases siempre había burdeles y el patriotismo de la derecha española es muy de burdel porque odian a las mujeres y les gusta tenerlas sometidas.


"La derecha española no ha ennoblecido nunca el nombre de España con ninguna gesta fuera. La izquierda sí"
La derecha española llamó a los nazis de Alemania y a los fascistas de Italia para que vinieran a hacer negocios en España matando españoles. La república, al contrario, se nutrió de voluntarios de todo el mundo, las brigadas internacionales, que vinieron aquí sin pedir dinero a cambio, a morir defendiendo la democracia, igual que hicieron tantos españoles después de que se terminara la guerra en España. Por ejemplo, liberando Paris de los nazis. La derecha española no ha ennoblecido nunca el nombre de España con ninguna gesta fuera. La izquierda sí.

La derecha española de hoy sigue traicionando a la patria y en Europa andan enredando con los holandeses, austríacos y finlandeses, que tanto dicen despreciarnos, para que la Unión Europea no ayude en la crisis del coronavirus. Dice la derecha española que si la Unión Europea nos ayuda tiene que ser con fuertes condiciones, es decir, con hombres de negro que venga a hacer recortes, porque el dinero que pide España, dicen esos patriotas, no es para paliar los estragos del covid-19 sino para implantar un régimen castrosociocomunista. Como el ingreso mínimo vital o los ERTES, defendidos por el Fondo Monetario Internacional que debe de haberse hecho marxista, como le ocurre, según Abascal y Cayetana Álvarez de Toledo, al Papa Francisco.

Hay una España que nos va a tocar inventar muy lejos de estos que dicen la palabra España y salivan depredadores como los miembros de una manada a punto de cometer el penúltimo abuso.
La derecha española, que no va a cagar sin llevarse la bandera, ha vuelto a traicionar a España en Europa, como cuando en 1992 Aznar llamó al gobierno socialista "pedigüeño" por gestionar los fondos de cohesión. La derecha quiere tanto a España que prefiere verla hundida en el mar antes que gestionada por los que siempre les han servido en sus cortijos, en sus comedores, en sus casinos y en sus jolgorios.


La derecha española del PP y de VOX que han intentado en Europa que no recibamos ayudas son traidores a España. Y dan tanta vergüenza que resulta difícil separar su miseria moral de los símbolos que han arrastrado por el barro durante todos estos meses (hoy hemos visto un vídeo de un tipo disparando con una escopeta contra fotos de miembros del Gobierno de coalición lleno de una ira demente, eso sí, con la banderita de España en la muñeca).

Hay una España que nos va a tocar inventar muy lejos de estos que dicen la palabra España y salivan depredadores como los miembros de una manada a punto de cometer el penúltimo abuso.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3912 en: 21 de Junio de 2020, 18:13:38 pm »
"Que se hunda España, que ya la levantaremos nosotros" Montoro dixit.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3915 en: 25 de Junio de 2020, 23:43:24 pm »

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3916 en: 25 de Junio de 2020, 23:44:10 pm »
¿Estamos muertos quiénes? ¿Ellos o el resto?

https://mobile.twitter.com/juanrallo/status/1268553460129189894

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3918 en: 27 de Junio de 2020, 20:15:20 pm »

Disparan contra la democracia



El huevo de la serpiente de nuestro pasado fascista y dictatorial está incubado en una masa preocupante de la sociedad española. Hemos desperdiciado, después del fallido Golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981, la oportunidad de asentar una cultura democrática que va mucho más allá de votar cada cierto tiempo

Imagen del vídeo donde se ve a un hombre disparar a unas dianas con imágenes de miembros del Gobierno.
José Antonio Martín Pallín - Abogado. Magistrado emérito del Tribunal Supremo. Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra)
25 jun 2020 21:56

La frase que se contiene en el título, podría ser utilizada como figura retórica propia del debate o el comentario político, pero se ha convertido en un hecho real con un significado inquietante. Un sujeto, vanagloriándose de haber exhibido los instintos más primarios del ser humano, ha materializado, junto con una manada de amigos, una macabra escena. Seguramente actuó creyendo interpretar las directrices de los mensajes de odio, inimaginables en un sistema democrático sano, que se escuchan en la Tribuna del Congreso de los Diputados y se pueden leer en los editoriales y artículos de los columnistas de algunos medios de comunicación. Proclaman con lenguaje tronante que estamos regidos por un Gobierno ilegítimo y tachan a su Presidente ni más ni menos que de asesino. A nadie puede extrañar que estos mensajes hayan calado en cabezas huecas, carentes de capacidad crítica y movidas únicamente por las pasiones irracionales la emprendan a tiros, eso sí, certeros, contra las figuras con fotos del Presidente y  otros miembros del Gobierno. Estoy seguro de que esta "hazaña bélica" la habrán rematado, por todo lo alto, con una suculenta comilona.


No sé lo que es más grave, si el hecho en sí o su repercusión y valoración por alguno de los partidos políticos del arco parlamentario. Creo que a todos nos ha producido una alarma justificada por el respaldo, directo o indirecto, que pueda tener en la sociedad española. De momento el partido de ultraderecha Vox no ha condenado, en el sentido de rechazo total, la esperpéntica acción y por el contrario se muestra comprensivo achacándola al odio que ha sembrado el Gobierno de coalición social-comunista.



En contra de la doctrina oficial, vengo sosteniendo que el huevo de la serpiente de nuestro pasado fascista y dictatorial está incubado en una masa preocupante de la sociedad española. Hemos desperdiciado, después del fallido Golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981, la oportunidad de asentar una cultura democrática que va mucho más allá de votar cada cierto tiempo. Como se ha dicho y lo suscribo, el problema es que en España el fascismo está tan arraigado y tan blanqueado, que Merkel podría pasar por alguien de izquierdas. Ese es el nivel. No tenemos derecha, solo ultraderecha. A veces parece que hasta el PNV es de izquierdas al lado de los otros.

Comparemos lo que sucede en nuestro Congreso de los Diputados y lo que acabamos de escuchar en el Parlamento alemán. La canciller Angela Merkel en un reciente discurso apeló a la memoria histórica de la ciudadanía: "No hay que ser ingenuos: las fuerzas antidemocráticas y los movimientos radicales autoritarios están esperando una crisis económica para explotarla políticamente". Según los cronistas, la Cámara estalló en aplausos salvo la bancada de los miembros de Alternativa para Alemania (AfD), en la que se escucharon rumores y murmullos (aquí se escucharían groseros insultos): "Parece que algunos se dan por aludidos...", sentenció la canciller, levantando la vista hacia los miembros de la ultraderecha alemana.


Los que nos movemos en el mundo del derecho hemos sido interpelados por algunos medios de comunicación para manifestar nuestra posición sobre lo que todos hemos presenciado y de qué manera se podría encajar en alguno de los delitos que se contienen en el Código Penal. Anticipo que siempre he mantenido que el Código Penal no está previsto para solucionar conflictos de tan hondo calado. Repasando su articulado sostengo que la figura delictiva más adecuada para esta conducta es la de un delito contra las Instituciones del Estado. El artículo 504 del Código Penal castiga, con la pena de multa, a los que calumnian, injurien o amenacen gravemente al Gobierno de la nación. No deja de llamar la atención que las amenazas personales puedan estar castigadas con pena de prisión de hasta cinco años y las amenazas contra las instituciones del Estado y la división de poderes solamente merezcan el reproche de una multa cuyo máximo alcanzaría a la cifra de 216.000 euros. Cantidad que estoy seguro de que no tardaría de recaudar en una colecta entre sus seguidores e incluso admiradores.

En un debate maniqueo como sostienen los partidarios de las ideas de los vencedores en la Guerra Civil, contraatacan argumentando que hubiera pasado si se dispara contra la bandera y la figura del rey que como hemos visto ha sido quemada en efigie y en fotografías. Sin perjuicio de analizar políticamente la argumentación, quiero anticipar mi reprobación frente a los que no sepan expresar sus ideas y su disidencia, de manera diferente y más civilizada, estas conductas no tienen encaje en el derecho penal y cuando han sido castigadas, en el caso de las fotos del rey, forzando el derecho penal, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha rectificado la sentencia manifestando que se trata de una forma de expresar la disidencia que tiene la cobertura del derecho a la libertad de expresión.

En 1989, el Tribunal Supremo de EEUU ya había sentenciado que castigar penalmente la quema de la bandera, cuando se realiza con una finalidad política o para expresar opiniones u opciones políticas, contradice la libertad de expresión. La bandera es precisamente el símbolo de un sistema constitucional, basado en la prevalencia de los derechos y libertades. No creo que los disparos expresen ideas. Son una muestra de la intolerancia y del odio. Solo merecen el rechazo ético, político y posiblemente, el castigo previsto en el Código Penal.


Que los partidos políticos que, según el artículo 6 de nuestra Constitución son la expresión del pluralismo político que concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular no hayan salido en tromba a rechazar esta conducta me parece un síntoma preocupante. Tampoco he visto demasiado entusiasmo y toma de conciencia de la gravedad simbólica que encierra  un acto que va más allá de la anécdota de un ejercicio de puntería en una galería de tiro. También demuestra que todavía no están suficientemente asentados los principios y las formas de una democracia, tal como se la concibe en los países europeos.

Visto nuestro pasado reciente, los mimbres con los que se ha tejido la llamada transición modélica y el ejercicio de los valores democráticos por los partidos que han ostentado el poder o han participado en la oposición democrática, a nadie debe extrañar que existan por lo menos, 3.500.000 personas que hayan votado a un partido cuyo un único ideario es imponer, una nueva versión, adaptada a nuestros tiempos, de los Principios Fundamentales que regían la forma de actuar de nuestra precedente dictadura. No se les puede negar que son coherentes y se aprovechan de la falta de firmeza democrática de nuestra sociedad y de nuestras instituciones. Insisten en reclamar expresas condenas, a ideas o movimientos políticos que rechazan y tratan de ilegalizar, pero les cuesta trabajo o se niegan directamente a reprobar el régimen dictatorial fascista que según la Declaración de las Naciones Unidas fue aupado al poder por la Alemania nazi y la Italia fascista.

Me parece que todavía faltan años y es tarea de las futuras generaciones sentar, dentro de la disidencia y del pluralismo, las bases de un sistema democrático, incompatible con restos o vestigios de una dictadura incrustados en sus instituciones constitucionales. La realidad incuestionable es que la democracia arribó a este país de la mano de los que lucharon, en la oposición democrática, contra los sanguinarios excesos de una Dictadura, exteriorizados no solamente durante la guerra civil sino también en la posguerra y hasta la muerte del Dictador.

En contra de lo que dice el parte del final de la Guerra Civil, la batalla no la perdió el Ejército rojo, al que se declara cautivo, sino la Democracia y la República. Merece la pena reflexionar sobre esta afirmación y sacar conclusiones para el futuro.

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Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3919 en: 28 de Junio de 2020, 17:28:19 pm »
Seguramente actuó creyendo interpretar las directrices de los mensajes de odio, inimaginables en un sistema democrático sano, que se escuchan en la Tribuna del Congreso de los Diputados y se pueden leer en los editoriales y artículos de los columnistas de algunos medios de comunicación.
Lo ha clavado de derecha a izquierda.
PARTIDO SANCHISTA OBRERO ESPAÑOL. EL MAS MENTIROSO DE LA HISTORIA.