Caso abierto en la grave agresión a un policía
El agente antidisturbio que quedó herido en la Feria pide un nuevo aplazamiento al juzgado ya que no se ha recuperado
J. Padilla / Jerez | Actualizado 02.02.2009 - 08:32
Pocas cosas en claro en el juicio del botellazo a un policía en Feria
La Audiencia juzga el caso del agente que casi pierde un ojo en el año 2008
J. Miró / JErEZ | Actualizado 16.04.2010 - 08:56
La sección octava de la Audiencia Provincial acogió ayer el juicio por el que se sentaba en el banquillo M.A.F., acusado de herir de un botellazo a un Policía Nacional en la madrugada del 1 de mayo de 2008 durante la celebración de la Feria del Caballo.
Los hechos ocurrieron sobre las 6.40 horas, cuando agentes anti disturbios fueron requeridos para sofocar una reyerta en la caseta 'La Vaca de Lunares'. Una vez personados en sus inmediaciones, el jefe del equipo, Miguel Ángel Muñoz, fue herido de gravedad en el ojo derecho tras reventarle a sus pies una botella que le habían lanzado y cuyas esquirlas se proyectaron hacia arriba a pesar de ir debidamente protegido con el casco y la visera. A causa de estas heridas, el agente ha perdido el 90% de la visión del ojo.
M.A.F., fue presuntamente reconocido por uno de los porteros de la caseta y fue detenido un día después de ocurrir los hechos.
Tras las numerosas declaraciones, y debido a que parte de ellas presentaron contradicciones, tras el juicio no quedó muy claro si el imputado pudo ser la persona que se encargó de arrojar la botella o si fue obra de otra persona. El 'quid' de la cuestión se centró en si se encontraba a la hora de los hechos (6.40 horas) en la Feria, como así defiende la acusación particular y la Fiscalía, o si por el contrario el acusado se encontraba ya en su casa, como defiende tanto él como su defensa.
Así, M.A.F. señala que salió del recinto ferial "sobre las dos y media de la madrugada" acompañado por su novia, por lo que negó tajantemente que fuera él el autor del lanzamiento de la botella. Tras salir, tomaron su moto para dirigirse a su domicilio en San Telmo. El acusado incluso indicó que "la moto se quedó sin gasolina a la altura del Minotauro y tuvieron que venir a recogernos para remolcarnos".
Además, sobre la persona que afirma haberlo reconocido, el portero de la caseta, señala que "lo conozco de hace mucho tiempo" y afirma que "las relaciones que tiene conmigo son malas" ya que esa misma noche "no me dejó entrar en la caseta" además de haberle impedido en otras ocasiones el paso a los locales de copas en los que trabaja los fines de semana. Por otra parte, señaló que "verbalmente hemos tenido enfrentamientos".
Por su parte, el portero de la caseta, que declaró por vídeoconferencia, negó haber tenido enfrentamientos con el acusado ya que afirma conocerlo "solo de un par de veces en la Feria" y dijo que vio cómo M.A.F tiraba la botella y cómo cayó. Sobre cómo ocurrieron los hechos, indicó que cuando llegó la policía "la pelea siguió más fuerte y la gente empezó a correr" y que "el policía lesionado estaba en el lado izquierdo de la caseta, a unos diez metros de la puerta".
Esto se contradice con las declaraciones de los agentes anti disturbios, ya que indicaron que tras llegar al lugar donde se les indicó que se había producido la reyerta, y a pesar de haber bastante gente, la situación estaba tranquila. También coincidieron en señalar que la calle estaba a oscuras ya que el alumbrado estaba a esas horas apagado y que no vieron quién pudo lanzar la botella. El agente que más cercano estaba a Miguel Ángel Muñoz indicó que "oímos el ruido de algo de cristal estallar y luego vi a mi compañero, que lo tenía a un metro, volverse y empezar a decir que le habían dado. Le chorreaba sangre y un líquido blanco". Cuando ocurrió la agresión "estaríamos a 15 ó 20 metros de la caseta", la cual afirmó que era la única que se encontraba iluminada de todas las que se encontraban a su alrededor". También señaló el agente que aquella noche tuvieron más intervenciones e, incluso, sufrieron más lanzamientos de objetos, si bien no recordaba "si fue en la misma calle o no".
Miguel Ángel Muñoz, el agente herido, también indicó que no vio quién le lanzó la botella y apuntó que, como consecuencia de la herida, sufrió la perforación de la córnea, por lo que tuvo que ser operado de urgencia, y posteriormente tuvo un desprendimiento de retina que requirió también de intervención quirúrgica. Además, señala que "mi carrera policial depende de las secuelas" porque está a expensas de los expedientes que se realicen una vez haya sentencia.
Posteriormente declararon los testigos de la defensa, amigos del imputado, que defendieron que M.A.F. se encontraba ya en su barrio a las cuatro de la mañana. Las declaraciones de estas personas levantaron las suspicacias de la fiscal, ya que todos recordaban perfectamente a qué hora había salido de la Feria y a qué hora se lo habían encontrado en la barriada, si bien no pudieron precisar si a las 6.40 horas, cuando ocurrieron los hechos, M.A.F. pudo haber estado de nuevo en la Feria. "Supongo que estaría durmiendo", era la respuesta que daban por sentado.
Tanto Fiscalía como la acusación particular defienden que queda acreditada la autoría del acusado y le imputan los delitos de atentado contra agente de la autoridad, de lesiones graves y desórdenes públicos, por lo que piden una pena de cuatro años y seis meses de prisión. La acusación particular, además, solicita una compensación de 41.000 euros por los daños morales sufridos por el agente. La defensa, por su parte, solicita la libre absolución ya que considera que no hay pruebas suficientes para condenarlo.