La mitad de la cúpula policial planta a Carmena el día del patrónLos mandos se quejan de la forma de homenajear a los agentes caídos en acto de servicio F. Javier Barroso
Madrid 24 JUN 2016 - 22:24 CEST
La fractura entre la cúpula de la Policía Municipal y los responsables del Ayuntamiento quedó palpable ayer durante la celebración del patrón del cuerpo, San Juan. La mitad de los mandos faltaron al acto de entrega de medallas que en lugar de desarrollarse en el Retiro se trasladó al teatro auditorio de la Casa de Campo. Esto también ha motivado quejas y protestas de los agentes y de los sindicatos, que han visto cómo se perdía una oportunidad de estar con los madrileños. El concejal de Seguridad, Javier Barbero, restó importancia a la ausencia de los mandos y afirmó que lo importante era la celebración.
Carmena, en el centro, en la celebración del patrón de la Policía Municipal.
Durante los últimos 39 años, los patrones de la Policía Municipal se han desarrollado en el paseo de coches del Retiro y han consistido en la imposición de medallas, en un homenaje a los caídos y en un desfile de una representación de las distintas unidades del cuerpo. Estas formaban delante del escenario montado para la ocasión. Pero esa tradición se rompió ayer por parte del actual equipo de Manuela Carmena. El concejal de Seguridad, Javier Barbero, afirmó que quería terminar con el carácter militar del acto y reducir el gasto que suponía el pago de horas extras por el desfile.
El acto se trasladó al teatro auditorio de la Casa de Campo, al que solo se podía acceder mediante invitación. En un lateral del teatro se sentaron los homenajeados y junto a ellos la cúpula policial. Pero solo parte, por algunos se resistieron a estar junto a otros, ante las diferencias en el escalafón. Eso hizo que las chaquetas blancas del uniforme de gala de los mandos de la Policía Municipal quedaran diseminadas en dos tramos de butacas del auditorio.
39 medallas al mérito profesional
La celebración del patrón de la Policía Municipal consistió en un homenaje a los agentes fallecidos en acto de servicio y en la entrega de medallas, entre ellas 39 al mérito profesional por intervenciones peligrosas o difíciles.
Cuatro de ellas fueron para los agentes que rescataron a los vecinos de la calle de Duquesa de Tamames (Carabanchel) justo antes de que se derrumbara su edificio. Otras fueron para los policías que detuvieron a un hombre en Fuencarral armado con un fusil de asalto, horas después de que se produjeran los atentados de Bruselas.
Del más de medio centenar de la escala ejecutiva, acudieron alrededor de 30. Algunos aseguraron que estaban de baja o que tenían compromisos ineludibles para excusar su asistencia.
Gran parte de los problemas han venido por los recientes cambios que ha habido en la cúpula y que han sido tomados de manera unilateral por la dirección de la Policía Municipal. Eso ha motivado que algunos inspectores de libre designación hayan sido degradados y que ahora ocupen puestos de oficiales. Esto supone, además de perdida de mando en el escalafón, dejar de ingresar unos 1.000 euros al mes, en algunos casos. “Era como para no haber venido por la forma en que nos están tratando. Nos han llamado al despacho y nos han dicho a dónde teníamos que ir sin consultarnos”, se quejaba un mando policial.
El director general de la Policía Municipal, Andrés Serrano, afirmó que la ausencia de los mandos policiales estaba “plenamente justificada” en todos los casos. “Han avisado en tiempo y forma antes de dejar de venir a este acto, porque hoy era obligatoria su asistencia. Y respecto a los cambios, ahora cumplimos la legalidad y cada mando ocupa una responsabilidad en función de su puesto en el escalafón”, explicó Serrano. Algunos ausentes se rieron de esta excusa y destacaron que ya se habían encargado ellos de buscarse alguna salida para no acudir a un acto con el que no estaban en absoluto de acuerdo.
Uno de los momentos que más encendió las críticas de la escala ejecutiva fue el homenaje a los caídos. Este se hizo por parte de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y del inspector jefe del cuerpo, Teodoro Pérez, en un lateral del escenario del auditorio, en un punto con baja iluminación y sin que sonara canción La muerte no es final, como es tradicional. Depositaron una corona de laurel en una pequeña columna que quedaba a oscuras.
Algunos mandos se levantaron de inmediato y se pusieron firmes, con lo que arrastraron al resto de asistentes. “Es una vergüenza cómo han tratado a los compañeros en acto de servicio”, criticaron parte de la escala ejecutiva al final del acto.
Corona en el monolito
La cúpula policial quiso hacer las cosas al modo tradicional. Al acabar el acto trasladaron la corona de laurel con todos los honores (escolta a caballo incluida) hasta un monolito de recuerdo a los caídos, situado en la Ciudad de la Seguridad, a unos 200 metros del teatro auditorio. Allí formaron los mandos policiales, agentes de la Unidad Central de Seguridad y la banda del cuerpo. No estuvo ningún político, salvo la portavoz del PP, Esperanza Aguirre, que lo vio desde fuera de la valla. El inspector jefe puso la corona junto al monolito, mientras los agentes saludaban al estilo militar. Al final, los músicos interpretaron el himno de España.
La alcaldesa Manuela Carmena tuvo palabras de agradecimiento para los 6.300 policías municipales, a los que dijo que tenía abiertas las puertas de su despacho para todo tipo de sugerencias. El concejal de Seguridad rechazó que hubiera faltado la mitad de la cúpula y los representantes del principal sindicato del cuerpo (Colectivo Profesional de Policía Municipal, CPPM): “Eso es una opinión. Son percepciones distintas de una misma realidad. Hoy es un día de fiesta”.
Aguirre: “Ha sido un acto vergonzante y vergonzoso”
La portavoz del grupo municipal del PP, Esperanza Aguirre, se quejó de manera airada de la celebración del patrón de la Policía Municipal en el teatro auditorio de la Casa de Campo. Calificó el hecho de “vergonzante y vergonzoso”, frente a la conmemoración que se celebraba tradicionalmente en el parque del Retiro.
Aguirre, que no se ausentó de los actos, que incluyeron un doble concierto de las bandas de la Policía Municipal, el Ejército de Tierra y la Guardia Civil, llegó a decir que habría sido “mejor” que no hubiesen acudido las autoridades. “Nunca he visto, y he sido concejal con Enrique Tierno Galván, una manera de organizar el Día de San Juan [patrón del Cuerpo] de esta forma tan clandestina”, añadió muy enojada. “Ha sido un desprecio a la Policía Municipal”.
La portavoz popular, que se sintió molesta por no poder estar en el escenario y entregar medallas a los policías homenajeados, criticó especialmente el recuerdo a los agentes fallecidos en acto de servicio. En su opinión, se trató de un “desprecio para los policías honrados”. También lanzó sus dardos contra el hecho de que el concierto fuera celebrado en un recinto cerrado al que solo se accedía si se era invitado. Defendió que tenía que “haber sido abierto a todos los madrileños”.
Aguirre estuvo hasta que la cúpula policial hizo su homenaje a los caídos en el monolito instalado en la Ciudad de la Seguridad. Eso sí, por fuera de la valla y con mucho calor. Esperó a que terminara el himno nacional. Después se marchó indignada.