CRIMEN DE PORRERES
La Justicia absuelve al anciano que mató a uno de los ladrones que entró en su casa para robarle
EDUARDO COLOM
Actualizado Viernes, 1 diciembre 2023 - 15:43
La Audiencia Provincial de Baleares dicta una nueva sentencia y libra de la cárcel por homicidio a Pau Rigo
Pau Rigo, llegando al Juzgado junto al abogado que recurrió la sentencia, Jaime Campaner.
Pau Rigo, llegando al Juzgado junto al abogado que recurrió la sentencia, Jaime Campaner.
E. C.
La Audiencia Provincial de Baleares ha absuelto al anciano de 83 años de edad que había sido condenado a pena de cárcel por disparar letalmente con una escopeta de caza a uno de los ladrones que asaltaron violentamente su domicilio para robarle.
La Justicia balear rehace así el primer veredicto alcanzado por el jurado popular, que consideró culpable de homicidio a Pau Rigo, aunque con una fuerte división y una mayoría de votos insuficiente. La Fiscalía pedía para él tres años y nueve meses de prisión.
Los defectos formales del veredicto causaron una gran controversia jurídica y revuelo en la opinión pública, al no haberse aplicado la legislación del jurado popular y dar inicialmente por buena una conclusión sin la mayoría suficiente de votos del jurado que exige la ley.
El Tribunal Superior de Justicia de Baleares intervino tras los recursos presentados por la defensa del anciano y ya ordenó a la magistrada que presidió el juicio que volviera a valorar el caso y dictara sentencia ajustándose al veredicto corregido. Así lo había reclamado la nueva defensa legal del anciano, ejercida tras el juicio por el abogado Jaime Campaner.
Ahora la Audiencia Provincial da la razón a Rigo y declara su absolución, librándole de la pena de cárcel que reclamaba para él la Fiscalía.
EL JURADO
La sentencia recién dictada señala que, tras estudiar el veredicto del jurado popular (integrado por nueve ciudadanos ajenos al sistema judicial), "se deduce que el jurado descartó el homicidio intencional" sin atenuantes. También descartó la legítima defensa que Rigo actuara con la voluntad completamente anulada por el miedo.
Sí dio por probado, no obstante, "un homicidio bajo afectación grave del entendimiento", declarando la culpabilidad por este hecho. Sin embargo, únicamente cinco de los nueve miembros del jurado votó a favor de esta tesis, siendo por tanto una mayoría insuficiente para declararle culpable de homicidio.
"Esta mayoría insuficiente me lleva a un pronunciamiento absolutorio, descartando el ánimo de matar en la proposición del homicidio doloso", declara la magistrada en la sentencia, a la que ha tenido acceso EL MUNDO.
La jueza remarca las dudas y la división que existió en el jurado, indicando que hubo unanimidad entre sus miembros en que no hubo un homicidio con ánimo, conocimiento y voluntad de matar. "No hay prueba suficiente que indique el ánimo de causar la muerte", concluye la magistrada.
Ante esas dudas y la ausencia de mayorías en la votación del jurado, la jueza aplica el principio de 'in dubio pro reo' (ante la duda la justicia debe favorecer al acusado) y decreta la absolución de Rigo.
LOS HECHOS
El anciano, jubilado de banca y ex empresario de máquinas tragaperras («como hobby», según el mismo dijo), reconstruyó durante el juicio los hechos ocurridos en su chalé, una casa de campo con naranjos y un gallinero. Explicó su versión durante más de una hora de interrogatorio.
"Era un día normal, me había levantado tarde y salí al jardín por la puerta de la cocina", relató. "No había caminado ni 20 pasos y dos encapuchados me cogieron por el cuello y me taparon la boca". Aquellos hombres iban "tapados de pies a cabeza: sólo se veían los ojos y su figura, no sabía si eran personas, o monos". Dijo que sólo el día del juicio había visto "por primera vez" la cara de uno de sus asaltantes, el hermano del fallecido, sentado en el juicio a unos pasos de él.
"Me inmovilizaron, me cogieron del brazo y me llevaron al interior de la casa, donde desconectaron los teléfonos fijos". Sólo su móvil pudo salvarse, cayendo y quedando oculto bajo un mueble. Iban armados con patas de cabra y encerraron a su mujer en una habitación. "Creí que nos iban a matar", dijo Rigo en el juicio.
Con el teléfono móvil oculto pidió auxilio al 112 tras haber descerrajado un tiro en el estómago a uno de sus asaltantes, con una escopeta que guardaba en su habitación y que, dijo, usaba "para cazar tres o cuatro conejos al año". El disparo fue letal al causar un shock hemorrágico masivo a la víctima.
Era la segunda vez en unos meses que Rigo sufría un robo violento en su casa. Anteriormente habían entrado unos hombres enmascarados, llegando a encañonarle con un arma y a amenazar a sus hijos y nietos. En el primer robo se llevaron 30.000 euros. Según dijo, volvieron para buscar más dinero.
CONDENAN A LOS ATRACADORES
La Audiencia Provincial sí ha condenado a los tres ladrones. Entre ellos el otro de los asaltantes de la casa, Freddy Escobar, que era hermano del hombre fallecido.
Escobar, José Antonio Sánchez y Marcos Rotger han sido condenados a penas que oscilan entre los cuatro años y seis meses y los cuatro años y once meses de cárcel. Además, se les condena a indemnizar al anciano con 20.000 euros.
La sentencia declara probado que todos ellos acordaron robar a Rigo y a su mujer en su casa. Que los dos asaltantes usaron pasamontañas y guantes y que portaban patas de cabra para abrir cajas fuertes, bridas y cinta de carrocero.
Entraron en la finca de Rigo y "empleando la fuerza necesaria", le agarraron por la espalda y le taparon la boca con la mano para que no gritara obligándole a acceder a la vivienda.
Condujeron al anciano al sótano y le hicieron abrir la caja fuerte. Uno de ellos vigilaba a la mujer en la planta superior mientras el otro introdujo 15.000 euros de la caja en su mochila.
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Al considerar que en la casa tenía que haber más dinero escondido, los dos asaltantes "subieron al salón y empezaron a actuar de forma violenta, cada vez más nerviosos, gritando y propinando algún empujón a Pau", exigiéndole que les diera más dinero.
"Ante la amenaza real e inminente de que los asaltantes culminasen sus amenazas del primer robo, Rigo "sufrió una grave perturbación producida por el temor, procediendo a coger una escopeta que ya tenía cargada y disparando a menos de medio metro y medio" a los dos ladrones y alcanzando a uno "de lleno en el estómago". Causándole así la muerte.