. . . podéis insistir una y mil veces en lo mismo, pero no por ello llevareis razón, nadie mata a nadie porque, como bien recoge nuestra legislación, no existe el delito imposible y por lo tanto no se puede matar lo que no tiene vida independiente, ahora lo podéis adornar como queráis, podéis achacarlo al fanatismo ideológico, pero no deja de ser un fanatismo religioso el que quiere imponer una determinada norma sobre toda una sociedad, este era un debate cerrado, no hacía falta volver a la España del "Cuéntame", la ley de plazos nos colocaba entre las leyes de las sociedades occidentales, volver ahora con esta modificación y volver a abrir debates cerrados y superados no obedece a otra cosa más que a las presiones de determinados loobies de poder que quieren imponer sus dogmas a toda una sociedad . . . pero esta reforma, como los yogures de Cañete, por más que os empeñéis, está caducada y se promulgará con fecha de derogación . . .